Abogado, Dr en Derecho. Profesor honorario de la Universidad de los Andes y ex Magistrado

domingo, 28 de junio de 2020

Votar o no Votar?. Abstenerse o no Abstenerse?


¿Votar o no votar? ¿Abstenerse o no abstenerse?
Román J. Duque Corredor

 El votar es un derecho que no se puede descartar o renunciar.  Constitucionalmente no es un deber que hay que cumplir.  Y, por otro lado, es cierto, que entre más íntima y profunda sea la conexión entre la democracia deliberativa y la participativa habrá una legitimidad democratica del Estado de Derecho, del cual el voto es una demostración.  En efecto, el voto es un instrumento de ejercicio de la soberania popular que es la fuente del origen legitimo del poder público. Por eso su ejercicio debe garantizarse plenamente mediante un proceso electoral, libre, competivo, de igualdad, imparcialidad, trasparencia y de respeto al sistema de pluralidad de partidos; principios estos de los que depende la legitimidad de estos procesos.
 La realidad en Venezuela, en la actualidad, es contraria a esos principios, lo que provoca una desmotivación para votar, alentada por el propio gobierno.  De modo que no basta con decir que hay que ir a votar y que si votamos todos le ganamos al gobierno, porque, en virtud de las últimas decisiones del TSJ, no hay garantía de que se respete un resultado contrario al gobierno.  Ademas, tambien sin una organización fuerte y unida es difícil superar la falta de garantías electorales. De modo que cuanto mayor y mejor, en cantidad y calidad y cuanto más amplia y consciente, sea dicha organización, el votar podría ser una opción, porque habría mayor probalidad de asegurar un resultado favorable. Para ello es necesario deliberación, diálogo y consenso para logar una mayoría que influya en el resultado electoral por encima de toda duda o fraude.  Es decir, votar no porque es un derecho y que si se vota mayoritariamente se gana, sino que ha de ser un voto beligerante y no simplemente el menor daño, o el voto útil, o eficaz.  En las elecciones de mayo de 2020, por ejemplo, el voto opositor fracasó, no tanto por la campaña abstencionista y no solo por la falta de garantias electorales, sino por la ausencia de una verdadera organización unitaria y de un candidato no representativo del voto beligerante y de un verdadero mensaje opositor.
 Ahora bien, entonces, ¿la alternativa es la abstención?  Es verdad que la abstención es una forma políticamente de mostrar rechazo, como lo es tambien el voto en blanco o el voto nulo. Pero, la falta de legitimidad del proceso electoral es insuficiente para justificar la abstención, porque abstenerse sin que represente una eficacia, es decir, sin una consecuencia determinante contra el gobierno, puede ser tan contraproducente, como votar por votar sin que se tenga una verdadera probalidad de que el voto sea útil.
 La realidad actual en Venezuela, como lo ha reconocido la Unión Europea, el Consejo Permanente de la OEA,  la Comision Interamericana de Derechos Humanos, el Grupo de Contacto y el Grupo de Lima;  de acoso contra la Asamblea Nacional, de designación de un ilegitimo CNE, de interferir en el funcionamiento de los partidos políticos independientes   y del secuestro de sus tarjetas y símbolos y de designacion de directivas partidistas ad hoc; y de reforma la ley electoral en contra de la prohibición de modificar la normativa eleccionaria en los seis meses anteriores al dia de la lección; constituyen un obstáculo para la celebración de elecciones justas, libres, y transparentes, con un Consejo Nacional Electoral independiente y un Tribunal Supremo de Justicia imparcial, y con observación internacional independiente.  Y, por ello mina la confianza en los eventos electorales del país, como medio de expresión de la soberania popular y motiva la abstención como rechazo a dicho sistema.  Sin embargo, a pesar de este obstaculo, estos organismos internacionales señalan que todos los actores políticos deben hacer un esfuerzo para llevar a cabo un proceso decidido de transición pacífica y democrática en la República Bolivariana de Venezuela, de conformidad con las leyes nacionales y su Constitución, así como lo establecido en la Carta Democrática Interamericana y la Carta de la OEA.
Surgen, entonces, tres posiciones. Una, la de la llamada Mesa de Diálogo, o “mesita”, que considera que con las sentencias 0068, 0070, 0071 y 0072, del TSJ, favorables al gobierno, estan dadas las condiciones para realizar unas elecciones parlamentarias libres. Otra, la que no existen tales condiciones y que votar es legitimar el régimen de facto de Maduro, por lo que se justifica la abstención. Y, una tercera, que sostiene, que se justifica votar, si se logra una gran convocatoria a la unidad nacional en base a un programa de reconstrucción de las instituciones, de reactivación del aparato productivo, de justicia social y de reequipamiento moral; y la formulación de una sola tarjeta que represente la unión nacional.  De estas tres posiciones, las dos primeras de manera absoluta sostienen que se puede votar dentro del presente sistema electoral o de que se debe ir a la abstención.  Según esta tesis, no tanto por la falta de garantias electorales, sino porque ello significa convalidar la ilegitimidad del régimen, no obstante que el voto en contra impide juridicamente considerarlo como convalidación, como lo reconoce la doctrina y la jurisprudencia comparada, si ciertamente puede influir en el resultado final. Por estas razones, hare unas precisiones sobre la justificación o no de la tercera posición, la cual aparece condicionada a la organización de la unión nacional, a un compromiso postelectoral y a la utilización de una sola tarjeta.
 Entiendo, que esta posición se basa en la tesis que la doctrina denomina “el voto como mal menor”, que ha sido reconocida en las ciencias politicas y en la ética politica, incluso, por la Conferencia Episcopal Venezolana; pero bajo la compensación de una unión nacional que determine la probalidad que el voto de la mayoria influya en el resultado final; y de una alternativa de reconstrucción institucional, de reactivación del aparato productivo, de justicia social y de reequipamiento moral.  Es decir, la tesis tambien, que la doctrina llama “el voto útil”.
 Evidentemente, que la tesis del voto como mal menor junto con la del voto útil, aparece ser la más racional, pero dada la realidad venezolana de la incertidumbre electoral, que produce desmotivación, y la ausencia de una estructura que agrupe a la mayoria opositora, es la que requiere mayor esfuerzo de motivación y exige, como presupuesto, una organización unitaria y de sinergia de la sociedad civil y el sector político. No solo de cantidad, sino de calidad y de un liderazgo creíble y de un compromiso factible electoral y postelectoral.  De modo que el planteamiento de la tarjeta de unión nacional y del voto útil tendría que aparecer como una propuesta para toda la oposición y no la posición particular de un grupo opositor y, por supuesto, dicha propuesta ha de tener neto cariz opositor inclusivo.  En otro orden de ideas, la tesis del voto del mal menor o del voto útil, estaria ajustada a los planteamientos de los organismos internacionales, antes mencionados, y del Consejo Episcopal de Venezuela y del manifiesto bipartito de FEDECAMARAS y sectores civiles, por ejemplo.  Sin embargo, considero, que si esta tesis aparece como   de  un grupo de la oposición; y  que por otro la  no tome en cuenta la existencia de la Asamblea Nacional como el único poder legítimo y a su Presidente, como representativo de la institucionalidad democratica; no lograra superar la estrategia  de desmotivación del voto  del gobierno; y, en consecuencia,  su estructura será débil como la que se presentó en las elecciones de mayo del 2018 ; y, por ello, será ineficaz  para  vencer el obstaculo de un sistema electoral comprometido con el gobierno.   
  Vale la pena destacar, por los   efectos internacionales que tendrían las diferentes tesis sobre la votación o la abstención, que la justicia federal norteamericana consideró valido el reconocimiento de ilegitimo que el gobierno de EEUU hizo del gobierno de Maduro, y de legítimos de la Asamblea Nacional y de Juan Guaidó, como poder legislativo y presidente interino , respectivamente. E, igualmente reconoció la validez del Estatuto de la Transicion hacia la Democracia, aprobado por la mencionada Asamblea y de los actos que esta hubiere dictado (Corte del Distrito Sur de Texas, Caso “Impact Fluid Solutions LP e Impact Fluid Solutions LLC contra BARIVEN SA y sus subsidiarias PDVSA Services BV y PDVSA Services Inc., 20/05/2020).
  Igual  razonamiento  de la eficacia del voto útil, podría formularse  de la propuesta de la abstención, sobre la necesidad de  su justificación mediante una unión nacional abstencionista, es decir, de una abstención activa y beligerante, de la mayoria de la oposición, con fundamento tambien en un fin útil para la solucion de la crisis politica y no de simple rechazo a la ilegitimidad del gobierno; que compense el no ejercicio del derecho del voto, en el entendido que lo que es ilegitimo no se convalida si el voto es expresión de un rechazo, como lo es el voto en blanco o el voto  nulo, según el derecho comparado y a la doctrina  de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que considera la abstención como un recurso electoral  ( https://www.corteidh.or.cr/tablas/14910.pdf). Igualmente, el simple no votar, sin un compromiso de una beligerante accion politica, carece de eficacia.
   Pienso que la tesis del voto útil o de la unión nacional y la de la abstención activa beligerante, tienen racionalidad, si por la eficacia del resultado se justifican, como mal menor. Y por ello tendrían legitimidad ante la opinión nacional e internacional.  Por otro lado, ambas tesis requieren   lograr el mayor consenso en favor de una u otra posición, por lo que la descalificación entre los partidarios del voto útil o de la abstención, es una pésima tactica.  Y, finalmente, la sola propuesta de votar o de la abstención, sin una logistica electoral o politica, son inútiles. En este orden de ideas, vale la pena recordar a Churchill, que decía” Aunque la estrategia sea hermosa, ocasionalmente deberías ver los resultados”.  Y, que agregaba, que, “De nada sirve decir, lo estamos haciendo mejor posible. Sino que tienes que hacer lo que sea necesario para tener éxito”. Y, tambien, para nuestra realidad politica, resulta inspiradora la frase de Churchill. “Si uno no quiere luchar por el bien cuando puede ganar fácilmente sin derramamiento de sangre, si no quiere luchar cuando la victoria es casi segura y no supone demasiado esfuerzo, es posible que llegue el momento en el que se vea obligado a luchar cuando tiene todas las de perder y una posibilidad precaria de supervivencia. Incluso puede pasar algo peor: que uno tenga que luchar cuando no tiene ninguna esperanza de ganar, porque es preferible morir que vivir esclavizados". Los promotores del voto y de la abstención, tienen un reto y un desafío y los electores tenemos la decisión. 


Caracas, 28 de junio de 2020


4 comentarios:

  1. Excelente explicación Doctor y paisano RJDC... las elecciones de Mayo que hizo referencia en fueron las de 2018...?

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  2. Extraordinario fundamentos en el “Derecho de gentes” y en las razones de sostenibilidad de la democracia ante la tiranía. La suscribo y hago causa común con su predicamento.

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  3. Extraordinario, producto de un pensamiento claro y con una impecable e integral formación jurídica y social. Se requiere educar a la población para el ejercicio de la ciudadanía en forma racional, conciente, con conocimiento de todos estos razonamientos producidos por personas,como el Dr. Duque, que se dedican al estudio e investigación de los proceesos sociales, enmarcados en el estado de derecho con fundamentos sólidos y ubicados en un contexto o realidad integral, nacional e internacional. La claridad de toda esta argumentación la hace accesible a todas las personas. Hay que publicarla y que llegue a la mayoría unitaria que queremos construir. Gracias Dr. Duque!

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