LA DOCTRINA CALVANI DE NEGOCIACIÓN PARA LA
RECONCILIACIÓN Y LA PAZ.
Román J. Duque
Corredor *
La Comisión del Centenario del Nacimiento del Dr.
Arístides Calvani, creada en el mes de junio, de este año, agradece su
presencia en este Acto de su instalación formal, como inicio de la Programación
“Pensamiento, acción y obra de Arístides
Calvani: el Apóstol de la Democracia y Canciller
de la Paz”, con la que se quiere no solo homenajearlo, sino
principalmente perpetuar su memoria, porque como valor humano,
nunca podrá ser olvidado y
porque, en la historia de
Venezuela y en la de América Latina, su
vida, por su personalidad integral, de humanista cristiano, representa un “pre” y un “post”, respecto de la democracia, la integración y
la paz. Hemos remitido por correo electrónico a los
miembros de esta Comisión un Informe detallado sobre la planificación, las
actividades cumplidas por el Comité Operativo y sobre los compromisos de la
Programación Centenaria. Solo faltó en
este Informe incluir la posible realización de un acto homenaje en la Academia de Ciencias Políticas y Morales,
de Madrid, por cuanto esta información se recibió hoy en la mañana.
El Informe se hace referencia de la decisión, consultada previamente, de
editar los CUADERNOS COLECCIÓN CENTENARIO“PENSAMIENTO Y OBRA
DE ARÍSTIDES CALVANI”, que
comprenderá los siguientes temas: 1.-
“Calvani, la Política Internacional y, la Democracia”. 2.- “Calvani político y parlamentario”. 3.- “Calvani y la familia”. 4.- “Calvani, la formación en ciencias sociales, la
acción social y la participación
popular” .5.- “Calvani y, el
desarrollo sindical y laboral”. 6.-
“Calvani, académico y jurista”. 7.-
“Calvani y la formación humanista cristiana”. 8.- “Calvani y, el compromiso cristiano del
apostolado” y 9.- “Calvani
y la profesionalización de las Fuerzas Armadas”. En esta oportunidad, en razón de haber
enviado el referido Informe, no daré lectura al mismo, sino que me referiré a
la decisión que adoptó el Comité Operativo, de acoger la propuesta, que en su
oportunidad hizo a la Comisión, el tristemente fallecido Ingeniero Filippo Vagnoni, de formular la
tesis Calvani de la negociación política como instrumento de resolución
conflictos políticos. Con esta decisión,
la Comisión quiere vincular a la Programación Centenaria, el recuerdo y la memoria, del Ingeniero Filippo
Vagnoni, quien, desde su inicio fue un entusiasta promotor de la celebración
del Centenario y uno de sus más comprometidos
colaboradores, personalmente, y a través de la Fundación “Rosa y Giuseppe
Vagnoni”, que dirigía. El Comité Operativo, consideró que por cuanto
la tésis Calvani, antes mencionada,
además de comprender un conjunto de principios básicos sobre la paz y
los medios para obtenerla a través de instrumentos diplomáticos y jurídicos, tuvo también
una acción práctica internacional; es decir, constituía un sistema, se debería promover como “la doctrina Calvani de
negociación para la reconciliación y la paz”. Por mi parte,
he comenzado a elaborar el contenido material de esta doctrina, en base a sus discursos y escritos sobre estos
temas, que quisiera brevemente, compartir con ustedes, en algunos minutos.
En primer lugar, la tesis de Calvani,
parte de la idea de un consenso, es decir, de un conjunto de acciones y de actos
para lograr un fin. Esto es un
acuerdo. En segundo lugar, como
proceso Calvani se refería no sólo a un método y procedimiento para el acuerdo,
sino fundamentalmente a un marco
axiológico que sirva de orientación a las decisiones de los participantes,
fundamentalmente, los valores democráticos como valores superiores y el respeto
de los derechos humanos, como un orden universal. En tercer lugar, que en épocas de crisis humanitarias, el consenso es
un deber ético porque su fundamento es
el derecho humano a
vivir en democracia, es decir,
en paz y en
tolerancia. En
cuarto lugar, que desde el punto de
vista de la eficacia de la
institucionalidad democrática, los
pueblos tienen el derecho de
reclamar el ejercicio de la tolerancia y los
poderes públicos la obligación de
restablecerla. En quinto lugar, que
ciertamente, que no es la vía
de hecho o
de la fuerza la forma
de reconstruir el
equilibrio en la democracia cuando ésta
está afectada por una crisis institucional. Sino la
de generar un consenso entre las fuerzas sociales, si
de verdad se quiere reacomodar la ecuación
entre gobierno y sociedad como
salida a la crisis institucional.
Por supuesto, que la doctrina
Calvani, tenía en cuenta que toda
negociación, para que esta no
fuera bloqueada, por su
falta de trasparencia y la mutua desconfianza, requiere de determinadas condiciones
para que resulte una verdadera negociación. Es decir,
que había que contar con agenda, objetivos, método
y plazos definidos. Tales consideraciones de la doctrina Calvani,
igualmente parte del criterio que este proceso implica, que sectores interesados admiten que existe una
crisis que ha de solucionarse mediante un dialogo, como incluso lo ha sugerido
el Papa Francisco. Para la doctrina Calvani,
de las alteraciones de los
elementos esenciales de la democracia, la
característica más dramática
es la intolerancia y la violencia, y
el derecho humano más afectado es el derecho
a vivir en paz y en
desarrollo económico y social.
Es decir, el
derecho a vivir en convivencia y
en libertad y con justicia. Se
trata, entonces, de lograr de verdad un consenso o un
acuerdo que asegure el restablecimiento de la institucionalidad y el
diálogo democrático, y que
permita la reactivación de la economía y la
superación de la pobreza de la población en
un clima de
libertad y de
paz. Este acuerdo en el fondo no es sino
un acuerdo para la convivencia ciudadana, por lo que la
participación de la sociedad civil organizada es fundamental en el proceso de
negociación. . En otras
palabras, el reclamo del consenso necesario
para superar la crisis, se basa,
pues, en el derecho humano de la convivencia, que es un
valor superior y un
fin esencial de la sociedad
y del Estado. Vale la pena señalar, que resulta conveniente y de
rigor, recordar que en
situaciones de graves conflictos,
como lo era la centroamericana para Calvani,
y es hoy, para Venezuela,
que conforme el principio de respeto de los derechos humanos, practicar
la tolerancia, para
revisar mutuamente
decisiones y ceder
en posiciones políticas, no
significa renunciar a las
convicciones personales o atemperarlas,
como lo proclama el Artículo
1. 4 de la Declaración de
Principios sobre la Tolerancia del 16 de noviembre
de 1995 de la UNESCO.
Por otro lado, lo
que podría llamarse la axiología y la filosofía Calvani para
resolver las crisis
de institucionalidad del sistema
político, no está
de más recordarlas en estos momentos en que la comunidad
internacional vuelve a insistir ante el gobierno como ante la oposición de la conveniencia de negociar un
consenso para solucionar la crisis institucional de nuestra democracia.
Esa axiología y filosofía,
concibe como la base del
consenso al pluralismo, junto con
la ética y los
derechos humanos. De modo que
están obligados,
principalmente, los gobernantes,
a reconocer la existencia de una
sociedad plural que
éticamente es superior
a una sociedad uniforme. Y, una
forma de manifestar el
cumplimiento de ese deber ético,
ante el conflicto que afronta el
sistema político, es promover el consenso político. Además,
que el pluralismo
está implícito, en la libertad, la
justicia y la igualdad, las cuales no son posibles si
se atenta contra el
pluralismo imponiendo una
sociedad uniforme o monolítica,
favoreciéndose la polarización entre los antagonistas. Por
otra parte, en
segundo término, de acuerdo con
la doctrina Calvani, el pluralismo,
que es la
base para el consenso,
parte de la idea
que la verdad política, nunca es
unilateral y que en
materia política no existe
un criterio absoluto, sino que hay
que atender a la verdad
práctica y real, que la da
la sociedad. Esa
verdad es que la confrontación y
la polarización representan un riesgo
de violencia y una amenaza
para la paz. Asimismo,
en su dimensión ética, en
tercer término, de acuerdo con la doctrina Calvani, el
consenso, como manifestación del pluralismo,
tiene sus límites, ya
que no es posible defender cualquier cosa,
sino la que
se justifique racionalmente
y la que se
conforme con la axiología constitucional. En
cuarto término, , con relación a un posible proceso de
acuerdo, según esta doctrina
Calvani, las condiciones de
la negociación han
de ser las
del llamado “discurso o dialogo ideal”,
que reduce las posibilidades de
engaño, de ocultamiento, de
irracionalidad de los participantes,
o de bloqueo,
como la de colocar al participante en
una condición de inferioridad a la hora
de negociar por la interferencia de decisiones sobrevenidas de una parte
que agravan el conflicto, pendiente el proceso de
negociación. Que exige
que los participantes sean plenamente racionales, capaces
de abandonar el conflicto y
lograr la institucionalización de
un acuerdo propicio para una sociedad
más justa. Por ello,
es importante un esquema de
dialogo que acredite
la condición de iguales de los
participantes, como reconocer al
“enemigo” como contraparte del Gobierno, y
que permita la figura
de unos negociadores o
facilitadores, confiables,
que aprecien el grado de racionalidad o justicia del
dialogo real. Y,
que defina “la agenda” y el “orden
del día”, que sirva de
referencia pública para esa medición y que evite los bloqueos de la
negociación. Esa agenda, en el proceso de
consenso, serían los temas
de negociación.
Desde otro orden de ideas, de los discursos y
planteamientos de Calvani, de naturaleza ideológica humanista , se puede
extraer el principio que ese diálogo
o negociación ideal,
supone un núcleo
axiológico irrenunciable e indiscutible, representados por
valores objetivos, que constituye
lo indudable, fuera de cuya
circunferencia se penetra
en la zona de discusión. Es la
idea de un conjunto de círculos concéntricos, que
según Gregorio Robles,
configura la negociación
ideal en un proceso
del consenso político. En
efecto, el primer circulo
esta constituido por
lo indiscutible, en
nuestro caso, la aceptación de los principios y
elementos esenciales del
orden democrático, del
repudio a la violencia,
la convivencia democrática, la vigencia
del Estado de Derecho
y el respeto
a la dignidad
de todos los venezolanos.
El segundo círculo, incluye
los temas respecto de los cuales es posible llegar a
un consenso matizando las
diversas partes sus posiciones para acercarlas a las de los otros.
Y, por último, el tercer
círculo que recoge los
elementos de valor que
han de buscarse
para la elaboración del consenso racional o real. Un aspecto crucial de estos diálogos, es el perdón y el arrepentimiento de una y
otra parte, bajo el concepto de justicia retributiva, es decir, la que busca la
paz mediante la armonía entre la justicia y la reconciliación que ha sido
aplicada en procesos difíciles como los acuerdos de paz de Chile, Sudáfrica,
Guatemala y el Salvador, y últimamente en Colombia. Por supuesto, que la
justicia retributiva no comprende los delitos de lesa humanidad, ni los de
narco política, ni los de violaciones graves de derechos humanos. Finalmente, encuentro en la tésis de Calvani sobre la
negociación para la reconciliación y la paz, el principio de la legitimidad democrática, según el cual es al pueblo, a quien
corresponde decidir en definitiva sobre las cuestiones fundamentales envueltas
en la negociación, por cuanto, porque, como decía Calvani, “solo
el pueblo salva el pueblo”
En Venezuela, en un
dialogo ideal para
conseguir un consenso real,
como solución a un
conflicto político, hay que ponderar nuestra actual situación, con una Asamblea Nacional Constituyente
ilegítima, porque en la supuesta
negociación su reconocimiento es un planteamiento del gobierno, aduciendo que
con una nueva Constitución se soluciona la presente crisis política. Al respecto, debe recordarse que es verdad
que la Constitución define el marco axiológico y procedimental
del proceso
de negociación, la cual no puede ser sino la vigente. Sin embargo, como expresa Diego
García Belaunde, constitucionalista de la Pontifica Universidad Católica del Perú, que es
una premisa falsa que
los procesos constituyentes o de reforma constitucional, y su
producto final, la
Constitución tienen la solución
a todos los conflictos
políticos. Por el contrario, afirma
este constitucionalista, que,
por desgracia, no
sirven para arreglar
nada, pues ellas
nunca son fines
sino medios . De
modo, que si el
conflicto político tiene alguna
de sus causas en
la llamada Constitución
Política, otro dato real,
en el proceso
de discurso o negociación, es
lo que Gregorio
Robles denomina “ el dialogo
ínter sistemático” o “ dialogo post constitutionem “, que
afecta no sólo el desarrollo normativo inferior a la
Constitución, que debe
darse al nivel del Parlamento
y en
los Tribunales
Constitucionales, sino también a la propia Constitución,
si se detecta que el modelo político ideal de democracia que recoge
no resulta ser en la
práctica una democracia real, en
cuyo caso se adelantaría el
procedimiento para su
modificación o enmienda por el
proceso de consenso previo. Es decir, que, a mi juicio, y me atrevo a
decir, que conforme a los principios democráticos de la doctrina Calvani, que, en
un proceso de negociación, el tema del reconocimiento la Asamblea Nacional Constituyente, debería
ser objeto de un referendo popular, para que el pueblo sea quien decida si la
reconoce o no la reconoce, en razón del principio de la legitimidad democrática
que ha de convalidar toda la negociación.
Por último, encuentro en el rico y enriquecedor
pensamiento del Papa Francisco ideas y principios propios de la doctrina
Calvani sobre el dialogo, la mediación, la paz, la justicia, la rehabilitación
de la política, la solidaridad, el bien común y la paz social, el dialogo
social, la fraternidad, la cultura del encuentro, el rechazo de la cultura del
descarte, la dignidad de la persona humana, la corrupción y la colonización
ideológica. Hoy día la doctrina
Calvani, de origen internacional, es de vigencia en nuestro problema político
interno, por cuanto de su sistema , se
extraen principios sobre la
concientización de la cultura de la reconciliación en un ambiente de gran
conflictividad, como lo es el de Venezuela, en el cual la ira tiene
justificación, pero donde lo fundamental es la liberación de la situación de la
presente situación de opresión y de injustica, y donde son sujetos
fundamentales el gobierno y la oposición y en el cual quienes han sido víctimas
no solo tienen derecho a ser escuchadas, sino también la responsabilidad en la
búsqueda de la reconciliación a través de la justicia retributiva, que armonice
el perdón con el arrepentimiento, puesto que sin una verdadera justicia no se
consigue una verdadera paz. Propongo,
pues, que en la Programación “Pensamiento, acción y obra de Arístides Calvani:
el Apóstol de la Democracia y Canciller de la Paz”, hagamos
énfasis en su “doctrina de negociación para la reconciliación y la paz” y de
su ejemplo de una vida cristiana en la política
*Presidente de la Comisión del Centenario
Caracas, 22 de noviembre de 2017.
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