Abogado, Dr en Derecho. Profesor honorario de la Universidad de los Andes y ex Magistrado

sábado, 1 de octubre de 2016

LA VIOLENCIA Y LA PAZ POSITIVA EN VENEZUELA


LA VIOLENCIA Y LA PAZ POSITIVA EN VENEZUELA (a propósito del Foro de la Delegación de la Unión Europea sobre la reducción de los niveles de violencia y la convivencia en paz del 3 de octubre).

Román J. Duque Corredor

Ex magistrado y presidente de la Fundación Alberto Adriani

1.   La  violencia estructural es la que se produce a través de interacciones  institucionales o estructurales.  O las interacciones de las prácticas violentas en los diversos ámbitos sociales. Llamada también violencia indirecta, que es un tipo  de injusticia social.  Es el  daño causado por  la insatisfacción de las necesidades humanas básicas, que no necesariamente  significa  necesidad la práctica de formas de violencia directa como la de guerrillas o la guerra civil.

2.    Violencia estructural es  un concepto paralelo al de  la ampliación del concepto de paz, según el cual  la paz no es solo la negación de la violencia directa sino el camino a la justicia.

3.   El marxismo  utiliza este término  para dar importancia a las  injustas condiciones económicas, pero  deja de explicaciones, como la de la paz. Otros movimientos,  que promueven la “no violencia”, la consideran como una causa profunda de marginación. Por ejemplo, el racismo.   El ejemplo más significativo “la no violencia”  fue Martin Luther King.

4.   Johan Galthun, sociólogo noruego, es quien ha desarrollado  el concepto de violencia estructural. E  introdujo  el concepto de  triángulo de la violencia  como un proceso de la  violencia en los conflictos sociales, cuya solución supone actuar en todos los tipos de violencia, que serían tres: Violencia directa (actos de violencia; guerrillas, terrorismo, guerras santas y civiles).  Violencia estructural  (pobreza, hambre, mortalidad y la falta de negación  de las necesidades básicas).  Y la violencia cultural (estructuras políticas, culturales y sociales que la legitiman).

5.    La violencia estructural engloba formas ocultas y estáticas de violencia, como la pobreza (falta de alimentos, agua, viviendas, medicamentos y escolaridad); la represión política  (vulneración de  derechos fundamentales), y a la alienación,  (discriminación,  exclusión por razones políticas e ideológicas, analfabetismo,  falta de de solidaridad).  El sujeto agresor, propiamente es el sistema de gobierno, puesto que  sus causas son prácticas y políticas públicas injustas.

6.     La violencia estructural on conflictos  entre dos o más grupos en términos de ideología, partidismo, género, etnia, nacionalidad, edad, religión, clase social, etc.).  Y un  componente es la falta de conciencia o resignación  de quienes la sufren, porque existen tradiciones culturales o sociales o religiosas,  ideológicas  o una anomía que impiden  comprenderla y solucionarla  Por eso, se percibe como algo inmutable, por lo que no se le opone ninguna resistencia y, se colabora de manera indirecta con el mantenimiento de la situación. Por eso la llamada “violencia cultural” es parte de la violencia estructural, y  es la resignación y pasividad, que determina la visión de la no inmutabilidad de la violencia cultural y de visiones apocalípticas o milagrosas o de mesianismos,  que impide la solución pacífica de los conflictos que genera.

7.   Se habla, entonces, de “la paz negativa”,  cuando se trata de imponer medidas indirectas para impedir los conflictos (Impedir ejercicio de derechos políticos o la represión). Lo contrario es “la paz positiva “ o concertación para lograr una verdadera paz que dure después del cese al fuego

8.   La utilidad del término violencia estructural radica en el reconocimiento de la existencia de un conflicto por desigualdades sociales y económicas,  que originan, manifestaciones de violencia directa  cuando alguno de los grupos quiere cambiar o reforzar su posición en la situación conflictiva por la vía de la fuerza.  Es el Caso de Colombia, donde la guerrilla surge como manifestación de la lucha contra la desigualdad por razones ideológicas. Por eso,  se abren procesos de conversaciones y negociaciones para lograr la paz perfecta, que concluyen en acuerdos integrales.

9.    En el orden de ideas expuesto,  la  reducción de los conflictos y de confrontación  de naturaleza política bajan los niveles de violencia.  En este sentido, por ejemplo, según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social en el 2014, el índice de conflictividad alcanzo un registro histórico de  52% de rechazo al gobierno con 9.286 protestas, equivalentes a 23 protestas sociales y políticas diarias en el país, es decir, un aumento del 110% con relación al 2013,  por falta de solución de las necesidades básicas (alimentación, salud, seguridad y prácticas represivas) y  4.833 protestas políticas por falta de democracia y por represión.

10.                  En ese contexto,  puede calificarse la crisis venezolana como de violencia estructural por la situación de pobreza y por el hambre y deterioro de la salud y   por la violencia directa entre gobierno y oposición y  de violencia cultural por la discriminación y exclusión ideológica y política de los opositores y de los sectores privados en las políticas económicas.

11.                  Por tanto, en atención a las experiencias históricas, en cuanto a Venezuela, puede decirse, que los  procesos de conversaciones y negociaciones para cesar la conflictividad política, reducirían  los niveles de violencia  pero penas serían  el comienzo de la paz pero no la paz positiva, como ocurre con el  solo cese del fuego, que no es sino el inicio de la paz.  Por lo que esos procesos en Venezuela  han de contemplar los cambios para hacer cesar la violencia política y los acuerdos institucionales para lograr la paz positiva.

 

Caracas, 2 de octubre de 2016

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