Abogado, Dr en Derecho. Profesor honorario de la Universidad de los Andes y ex Magistrado

sábado, 9 de enero de 2016

La DCU (democracia cristiana unidad), fórmula para la fusión del sociacristianismo (Carta a Roberto Henriquez del 18.08.2015


Caracas  10 de agosto de 2015

Dr.

Roberto Enríquez

Presidente de COPEI Partido Popular

Ciudad:

 Estimado Roberto.

   Por razones de principios y por mi convicción de que solo los militantes de un partido son quienes deben resolver sus disputas internas y quienes además son la fuente de la legitimidad de la elección de sus autoridades partidistas, y no terceros extraños, como se desprende del artículo 67 de la Constitución, considero que la sentencia de la Sala Constitucional de fecha 30 de julio del presente año, que removió la Mesa Directiva Nacional de COPEI y designó en su lugar una Junta Provisional Ad Hoc, integrada por los mismos demandantes de la supuesta acción de protección de intereses difusos o colectivos  ejercida en contra de dicha Mesa,  electa en proceso eleccionario interno,  representa una intervención en el régimen interno de un partido político.  Por esta razón, me dirijo a Ti, como Presidente de la referida Mesa, quien, por lo expuesto,  considero que ostentas la legítima representación  de COPEI ante sus militantes y la opinión nacional.  Además, por considerar que por encima  de una disputa interna, por cuestiones de postulaciones parlamentarias, en donde pueden existir  razones de parte y parte,  está la suerte de nuestra sociedad, en la que la unidad es la garantía de su alternativa democrática, me solidarizo con tu posición de que COPEI continúe  dentro de la MUD, como plataforma de integración de los sectores progresistas democráticos del país. Lo interno, por más que pueda ser criticado, no puede sobreponerse sobre los intereses nacionales.

 No obstante, considero mi deber como socialcristiano de convicción y como humanista de corazón y razón, hacerte saber que he disentido de la forma como COPEI,  que históricamente es el partido que sea ha definido como socialcristiano en Venezuela y que ideológicamente representa la plataforma democristiana, se ha comportado en el contexto político venezolano como el partido que dice tener el socialcristianismo como su filosofía y  la democracia cristiana como su ideología.   Por esta razón moral de ser un socialcristiano de raíz, formado por dirigentes que hicieron de esa filosofía e ideología un compromiso de vida política de servicio guiado por  principios morales más allá de lo circunstancial,  me permito expresarte, como Presidente legítimo de COPEI,  que eres, mis reflexiones sobre la vigencia de la democracia cristiana en Venezuela, dada la situación interna del partido que diriges, y que por el conflicto que sacude su militancia y que ha consternado la opinión pública,  te obliga presentar ante los copeyanos, sin distinción, y ante los sectores social y humanistas cristianos de Venezuela, una nueva alternativa democristiana, en razón de que con sinceridad y con dolor creo que COPEI no la encarna.  Reflexiones que te envío porque como Vicepresidente que fui de COPEI, considero que no es solo mi deber sino también mi derecho de llamarle la atención sobre la necesidad de su regeneración y renovación, para la vigencia de la democracia cristiana en Venezuela.

 Asumo personal y moralmente la responsabilidad de las presentes reflexiones:

1.      ¿Cuáles son los retos de la Democracia Cristiana (DC)  en Venezuela y cuáles son sus oportunidades y fortalezas?

Parto de la base que  la  DC   ha perdido vigencia en la  sociedad venezolana,  no porque sus postulados fracasaron en esta sociedad, sino porque su  militancia política  los  dejaron de aplicar y difundir y por causa de las divisiones de carácter personalista que afectaron, entre otros partidos,  principalmente  a COPEI,  dando lugar a escisiones que se convirtieron en  partidos políticos de pensamiento socialcristiano (Proyecto Venezuela y Convergencia);  o   a que algunos de sus dirigentes se incorporaran a otros partidos de centro derecha como Primero Justicia  (PJ) o Voluntad Popular (VP), o de centro izquierda como Unión Nuevo Tiempo (UNT)  o Alianza Bravo Pueblo (ABP).  Al igual que antiguos dirigentes de COPEI se separaron para constituir un movimiento de opinión  (Demócratas Cristianos Independientes) o  se decidieron por su  independencia partidista.  Pienso, por tanto,  que el reto principal de la DC actualmente es la recomposición del socialcristianismo en Venezuela mediante  una dialogo amplio  para procurar su   reagrupación en una plataforma ideológica,  que congregue a todos los sectores de pensamiento socialcristiano y humanista , tanto políticos como independientes,  en una concertación programática de promoción y difusión de sus principios doctrinarios, que podría constituir una Concertación  Social  Cristiana o  Concertación Demócrata Cristiana  Humanista (CSC o CDCH).   Las oportunidades las aprecio porque existen en Venezuela un Partido Social Cristiano,  como COPEI, de estructura nacional,  y partidos como Proyecto Venezuela y Convergencia,  de estructura fundamentalmente regional,  de  origen democristiano, y  dirigentes  de otros partidos de centro derecha o de centro izquierda,   nacionales o regionales, que participan del mismo pensamiento humanista, así como de un amplio sector de independientes socialcristianos o demócratas cristianos que generan opinión, y un cuadro de dirigentes y de personalidades de prestancia y de autoridad política y moral  a nivel nacional o regional.  Al igual que un movimiento universitario democratacristiano (DCU).  Asimismo, son oportunidades para la vigencia de la DC la existencia de Centros de Formación en materia de la doctrina social de la Iglesia y del pensamiento socialcristiano y de la plataforma política demócrata cristiana, en Partidos Políticos,  Universidades  y  Centros de Estudios ( Secretaria de Formación de COPEI,  Universidad Cecilio Acosta, UCAB,  Universidad Monte Ávila, Fundación Konrand Adenauer  e  IFEDEC),  y de intelectuales acreditados  en el estudio de la doctrina socialcristiana,  al igual que  la vinculación que se tiene con la ODCA[1], la IDC y IP[2] y el Grupo PPE-DE[3] en el Parlamento Europeo; son todas oportunidades para la recomposición del socialcristianismo como base para una concertación de los diversos sectores democristianos.  En ese orden de ideas,  los vínculos con la Iglesia Católica y con iglesias cristianas, son otro  factor  que hace factible esa recomposición en una plataforma unitaria del pensamiento democristiano-humanista.  Finalmente, la presencia de jóvenes dirigentes de pensamiento socialcristiano  en partidos políticos en universidades y liceos, o en  los movimientos laicos,  es otro elemento a tener en cuenta en la recomposición del socialcristianismo.

 En consecuencia, para mí el reto de la DC es la recomposición de los  diversos sectores  socialcristianos y humanistas en una concertación fundamentalmente ideológica para  acciones concertadas políticas o electorales y para la toma de decisiones  relativas a la conformación  de un Grupo Democristiano Humanista (GDCH).   Considero necesario  tomar decisiones en esta materia, por lo que sugiero se convoque a los sectores y pensadores socialcristianos emblemáticos a  una Convención o Congreso Ideológico o Jornada de Reflexión sobre la vigencia de la doctrina social de la Iglesia y de la   DC en Venezuela,  para discutir sobre su continuidad histórica,  para lo cual los antecedentes de convocatorias de Congresos anteriores y su contenido temático  pueden servir de referencia[4].

2.      ¿Cuáles son los temas-problemas en la Venezuela del siglo XXI  de los cuales debe apropiarse la DC?

 

 Creo que la DC  debería preocuparse  de aspectos verdaderamente eminentes e  innovadores, no solo de carácter inmediato, sino trascendentes,  que permitan su  relanzamiento.   En este  orden de ideas,  creo  que el repensar de la DC,   sobre la revalorización de la persona, la jerarquización de la sociedad  en el  contexto del Estado democrático social de Derecho y de Justicia, en un Estado ciudadano y solidario,  en lugar de un  Estado supremo,  deberían ser materias de reflexión,  para  el examen de la política y del  papel de los partidos democristianos-humanistas, como la base sólida del desarrollo económico  y  social con libertad  y  justicia social.  Y, donde se contemple la función  de la política como instrumento al servicio del ciudadano; y para que la democracia se llene de contenido ético y axiológico, como “una empresa moral”, de modo que la democracia cristiana y los partidos que la profesan y humanistas  vuelvan a sus postulados principistas y se alejen de lo pragmático.  Dado el sentido socialcristiano de la política,  la democracia cristiana debe enfatizar  en la definición de la democracia  como un  compromiso para  los  demás, es decir, en el concepto   del Estado ciudadano o del ciudadano.  Esta concepción  debe ser el  verdadero significado de la democracia  que la DC debe postular  como instrumento del respeto y de la eficacia de los derechos  humanos,  cuya  fuente es la dignidad  de la persona,   según la filosofía  humanista a la cual se adhiere  la DC  y por su ideología  socialcristiana y el humanismo por el carácter antropocéntrico de su pensamiento. 

  Por supuesto, que no se puede prescindir del acontecer nacional,  en la cual la DC, como movimiento ideológico que ha  contribuido por sus  valores y principios  en la construcción y en  la defensa de una  democracia  con justicia social,  debe revalorizar y actualizar su planteamiento socialcristiano de la economía social y solidaria del crecimiento con equidad.  Pienso, que el Estado ciudadano y solidario, de respeto a los derechos humanos y de protagonismo de la sociedad, y de promoción del rescate  la democracia política,  del crecimiento económico y del desarrollo social,   puede ser un tema  del cual  en el presente Siglo se ocupe la DC y el humanismo en Venezuela, ante al tésis del Estado Comunal  que el llamado Socialismo del Siglo XXI quiere implantar en Venezuela. 

 

3.      El mensaje renovador del socialcristianismo.

 

En primer lugar, el  mensaje  debe ser el de la reunificación del socialcristianismo.  Y en segundo lugar,   un mensaje sobre el Estado ciudadano y solidario,  de inclusión social para construir una democracia con igualdad de oportunidades y  para la  realización de la justicia social, en libertad,   mediante un desarrollo económico  equitativo y   solidario y el pleno respeto a los derechos humanos.    Más que en la denuncia del descontento ante la crítica situación política, social y económica, el mensaje del socialcristianismo renovado debe ser el de  una alternativa democrática de inclusión, de empoderamiento de los sectores populares en estructuras participativas autónomas y responsables y de fortalecimiento de los entes intermedios de la sociedad, en base a una concertación.  De este modo el humanismo tendría cabida en esa reunificación.

 La apreciación de pensadores de otras ideología de cómo ven la DC  es un criterio para orientar su mensaje y su acción en la Venezuela actual.  En este orden de ideas,  me permito citar  el papel  que en la democracia política representa  la DC,  según un marxista científico chileno, como  Clodomiro Almeida,  ex Canciller del gobierno de Salvador Allende, quien dijo lo siguiente: “En general, la fuerza de la democracia cristiana deriva más de su rol en el centro político, y de su influencia informal en la tecnocracia, el movimiento sindical y la Juventud, que de su potencialidad orgánica. Encuentra por otra parte un importante competidor en los partidos de orientación socialdemócrata con los que se disputa la hegemonía del centro político, a la vez que se desarrollan en su seno tendencias antagónicas de derecha y de izquierda que conspiran contra su operatividad”[5].  En concreto, que  la política centrista y de reunificación de sus tendencias,  en una plataforma ideológica socialcristiana y humanista de promoción del Estado ciudadano y solidario, es un mensaje que cabe a la DC para rescatar y consolidar su vigencia  en Venezuela.

 

4.      La responsabilidad de COPEI

COPEI  ha sido   un instrumento y expresión de la DC en nuestro país   por lo que  no se puede prescindir de él, para ese cometido  de reunificación de las  tendencias socialcristianas,  en una plataforma ideológica socialcristiana y humanista,  porque, además  de ser un partido nacional que se define como partido democristiano,  está  estructurado en cuadros de dirigentes y militantes,  y ha sido el fundador de la DC en Venezuela,  por lo que   históricamente tiene un puesto en la política en Venezuela.  Sin embargo, COPEI debe igualmente dar muestra de su voluntad de revisión de sus posturas y de renovación,  así como de amplitud ante los diferentes sectores socialcristianos.   Así como de un alejamiento del personalismo o de estructuras cupulares y de un comportamiento ético como partido de fuentes cristianas que es.  Por tanto, COPEI, con un mensaje renovador,  podría ser  el motivador de la recomposición del socialcristianismo, junto con otros partidos afines,  con el estimulo de la Iglesia Católica, para el reencuentro de sus diversos sectores,  en una plataforma ideológica,  compuesta por COPEI y los otros partidos  y movimientos de origen socialcristiano y personalidades y dirigentes  que participen de la misma formación, o de pensamiento humanista,  en una  Concertación Social Cristiana-Humanista (CSCH),  que ponderaría la conveniencia o no de conformar un solo partido o de mantener  la CSCH  como una instancia de confluencia socialcristiana y del humanismo, de partidos afines para el diseño de estrategias políticas y electorales.  Para ello,  debe proceder a gestionar la integración de un Grupo para el Dialogo o Reflexión de los Sectores Socialcristianos y de inspiración humanista.  Cometido, que a mi juicio,  no debería COPEI promoverlo como una  tarea de su quehacer político, sino como una propuesta que va más  allá  de sus cuadros dirigentes y de militantes.   La experiencia italiana puede orientarnos sobre las alternativas de la refundación de la DC, después de su  desaparición como partido político en la primera mitad de los años 90,  En efecto, en un primer momento se creó el Partito Popolare Italiano( PPI) .  Y la derecha del partido creó el Centro Cristiano Democrático (CCD),  cuyos miembros   eran partidarios de unirse al  Pueblo de la Libertad,  coalición de centro-derecha.  Posteriormente, la mitad del PPI crearía el partido Cristiani Democratici Uniti  (CDU).  Sin embargo, la mayor unidad democristiana llegaría con la  Unión de los Demócratas Cristianos y de Centro donde confluirán CCD, CDU y Democracia Europea (DE),  otro partido democristiano centrista. La CDU, junto con los  Populares UDEUR, de  Clemente Mastella, es la heredera más directa de la primigenia Democracia Cristiana. Pero que congrega un universo mayor como lo son los populares y partidos de centro, unidos los demócratas cristianos por sus fuentes humanistas.  Por otro lado, dentro de esa pluralidad, pienso que en Venezuela cabe también la formación de partidos regionales socialcristianos,  que se integrarían a la plataforma unitaria democristiana en procesos electorales nacionales, o, la inversa, esta plataforma se uniría a los partidos regionales en los procesos regionales; o a la hora de formar gobiernos locales o nacionales.  A mi parecer,  dada la realidad actual de COPEI, así como sus fortalezas y recursos,  en mi modesto criterio, la mayor responsabilidad de COPEI para la vigencia de la DC en Venezuela,  es la promoción de una fórmula integrada o confederada  de partidos demócratas cristianos y de centro e independientes, en la plataforma de la Democracia Cristiana Unida (DCU).   

 Estimado Roberto, termino como reflexión final, con las palabras de Arístides Calvani, a quién se le debió la reunificación del socialcristianismos en Latinoamérica: Primero soy cristiano.    Después demócrata.  Luego demócrata cristiano”.  Por estas tres definiciones,  los democristianos hemos de estar unidos.

Con el mejor de los aprecios y por la renovación de COPEI y por la  democracia cristiana unida (DCU) de  Venezuela,   así como con mi aspiración de que  por la  UNIDAD y sin divisiones consigamos una Venezuela llena de paz y reconciliada,   se  despide tu amigo y compatriota socialcristiano,


Román J. Duque Corredor

 




[1] Organización Demócrata Cristiana de América
[2] Internacional Demócrata Cristiana y Popular
[3] Grupo del Partido Popular Europeo (Demócratas Cristianos y Demócratas Europeos en el Parlamento Europeo
[4] Primer Congreso Ideológico “Arístides Calvani”, en 1.986  y  Segunda Convocatoria del Congreso Ideológico “Arístides Calvani”, del 31 de octubre de 2001.
[5]  “La democracia cristiana en América Latina”, NUEVA SOCIEDAD NRO. 82 MARZO-ABRIL 1986, PP. 139-149.
 

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