TEORÍA, PRAXIS Y
ÉTICA DE LA MEDIACIÓN EN UN PROCESO DE TRANSICIÓN HACIA LA DEMOCRACIA
INCLUSIVO, PARTICIPATIVO Y DEMOCRÁTICO.
Román
J. Duque Corredor
I
Introducción:
¿por qué el tema de la mediación? Motivaciones
y exhortos después del fracaso de las reuniones de Barbados y de la descalificación.
La diplomacia de la paz nórdica.
Escribí,
el 28 de julio de 2019, un artículo que titulé, “Mediación de Barbados:
¿Hacia un proceso de transición inclusivo, participativo y democrático?”, al finalizar la ronda de reuniones
de Barbados, que fueron auspiciadas por el Reino de Noruega para iniciar un
dialogo en busca de una solucion para la crisis politica-institucional de
Venezuela y que se iniciaron en mayo de 2019. Segun el gobierno de Nicolas Maduro con el
propósito de “llegar a un
entendimiento con la oposición que permita la gobernabilidad, con la exigencia
de dejar la violencia y respetar la Constitución”; y de acuerdo con el
presidente interino, Juan Guaidó, con la finalidad de lograr “el cese de la usurpación, un gobierno de
transición y elecciones libres”. Los
parámetros de las reuniones fueron entonces, para el gobierno el gobernar sin
protestas y para la oposición un cambio político. Lo que evidentemente por ser propósitos
extremos y contrarios ya era posible avizorar un resultado no favorable de
tales reuniones. Hoy, pienso que es oportuno, reflexionar de
nuevo acerca de este tema de la mediación para buscar el dialogo, sobre todo después
de los pronunciamientos del Parlamento y del Consejo de Europa, del Grupo de Contacto
Internacional y de algunos gobiernos, e incluso de algunos líderes del gobierno
y de la oposición democratica y de la Iglesia, para lograr una solucion a la crisis venezolana.
Con este propósito los organismos europeos señalados
motivan la opinión internacional y nacional para justificar la reanudación de
una negociación explicando que el objeto seria lograr “un diálogo y un proceso de transición liderados por
Venezuela que conduzca a elecciones locales, legislativas y presidenciales
creíbles, inclusivas y transparentes”.
Ello, en razón, particularmente, según las mismas organizaciones
internacionales, porque las elecciones legislativas del 6 de diciembre de 2020
fue una oportunidad perdida para la democracia, puesto que se celebraron sin un
acuerdo nacional sobre las condiciones electorales y porque no cumplieron con
las normas internacionales para un proceso democrático. Lo cual impide, según
el citado Consejo, “reconocer este proceso electoral como creíble, inclusivo o
transparente, por lo que su resultado no puede considerarse representativo de
la voluntad democrática de los venezolanos”.
Y, por otro lado, señala el mencionado Consejo de Europa, en razón de
que “las acciones de las autoridades de Maduro, han reducido significativamente
el espacio democrático en el país y han impedido persistentemente la resolución
de la profunda crisis política en Venezuela”. Y el Grupo de Contacto Internacional, por su
parte, en declaración del 2 de febrero de este año, ademas de pedir a las
fuerzas de la oposición democratica que se unan para una transicion exitosa,
reitera, que la única forma pacífica de salir de la crisis es reanudar
negociaciones políticas con prontitud y establecer urgentemente un diálogo
inclusivo y un proceso de transición liderado por Venezuela que conduzca a
elecciones creíbles, inclusivas y transparentes”.
Al
respecto debe recordarse que la ONU, en mayo de 2019, aseguraba el portavoz
Stéphane Dujarric, que respaldaba las conversaciones entre representantes del
Gobierno venezolano y de la oposición que, según informaciones de prensa, se estaban
manteniendo en un lugar secreto de Oslo, la capital de Noruega. Y señalaba que “No podemos predecir lo que va a pasar en una
situación complicada, pero los buenos oficios del Secretario General siguen
disponibles”, y añadió el portavoz, que António Guterres apoyaba las distintas
iniciativas impulsadas por varios países para tratar de iniciar una negociación
entre las partes. Por su parte, la
presidenta de la Asamblea General María Fernanda Espinosa, también dio la
"bienvenida" a los contactos en Noruega que calificó como un
"paso crucial". Y, su
portavoz, Mónica Grayley, recordó que Espinosa defiende "un
diálogo constructivo" para solucionar la crisis. Y sobre estas gestiones el presidente de la Asamblea
Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por 50
países, confirmaba en su cuenta de Twitter que se habían produciendo los
contactos, afirmando, que. “También hemos
atendido una invitación con el Gobierno de Noruega, y hoy
tendremos reunión con el Grupo de Contacto de la Unión Europea. Reiteramos que
cualquier iniciativa de mediación debe pasar por el cese de la usurpación, el
gobierno de transición y las elecciones libres”. Por
tanto, en el ambiente internacional el dialogo ha sido una alternativa para la
solucion de la crisis venezolana.
Con relación a las iniciativas de Noruega de acompañar diálogos
«exploratorios» entre el Gobierno y la oposición venezolana con el fin de
buscar una salida pacífica a la crisis que vive el país, debe recordarse que
Noruega es un país que tiene una larga experiencia en procesos de paz y
reconciliación en Asia, América Latina, África y Medio Oriente. Por lo que es
un país reconocido por la comunidad internacional como un mediador válido y
como facilitador de la paz, entre otras razones por su política interna de un
fuerte consenso nacional sobre política exterior, que incluye la asistencia
para el desarrollo y el trabajo por la paz.
Politica esta que se basa en un espíritu de solidaridad y en una
perspectiva a largo plazo, y que ha sido mantenida por sucesivos gobiernos
noruegos. Ademas Noruega tiene el reconocimiento
internacional sobre su neutralidad por lo que sus esfuerzos de paz y reconciliación
se consideran sinceros, ya que no están motivados por el interés político o
económico. Cuenta ademas Noruega con un Centro de
Resolución de Conflictos (Norwegian Centre for Conflict Resolution), cuyo
objeto es prevenir, mitigar y resolver conflictos armados con la diplomacia
informal y el soporte a esfuerzos de mediación. Incluso del 1% de su PIB para la ayuda
oficial para el desarrollo se incluyen fondos para estos asegurar la paz. Asimismo,
existe el circulo de Mujeres Mediadoras Nórdicas (NWN) (Nordic Women Mediators (NWM), en colaboración con otros países de la región y el
Instituto de Oslo para la Investigación de la Paz (PRIO) (The Peace Research Institute Oslo). Y el más
destacable es el Comité
Noruego del Nobel, encargado
de elegir la persona u organización ganadora del Nobel
de la Paz. Por
lo que forma en que Noruega gana relevancia internacionalmente al impulsar su
papel como mediador en conflictos se le considera la “diplomacia de la paz”.
Aparte de ello, en esta misma línea se
encuentran el resto de países de la
región nórdica, cuya cooperación es estrecha
a través de organizaciones como el Consejo
Nórdico ,
que les permite
crear estrategias
comunes de mediación y
resolución pacífica de conflictos, que
ciertamente caracteriza su acción exterior.
Ahora
bien, sobre las motivaciones sobre la nueva propuesta de la Unión Europea para
un dialogo en Venezuela, Luis Angarita, experto en asuntos internacionales
de la Universidad Central de Venezuela, la valora como una declaración
“importante” de cara a la inminente elección de un nuevo poder electoral y la realización
de elecciones locales. Y opina que “la UE es consecuente en plantear una salida negociada para un proceso electoral que
incluya a todos los actores, que se respete la diversidad política. Es una
declaración importante, porque esboza lo que va a ser la política exterior de
la Unión Europea para 2021”. Beatriz De Majo,
estudiosa de temas internacionales, comenta cuán difícil es para la Unión
Europea expresar un consenso en cuanto al reconocimiento de Guaidó como
presidente interino. “No es posible, porque es prácticamente imposible poner de
acuerdo en ese tema en particular a sus 27 países miembros”. Pero juzga que la opinión del Consejo Europeo
es “verdaderamente buena” para los objetivos políticos de la oposición
venezolana, a pesar de la diatriba sobre cómo este Consejo identifica a Guaidó
en sus comunicados. Y, Félix Arellano, profesor universitario y
articulista sobre asuntos internacionales, opina que el documento de la Unión
Europea, elaborado a nivel de ministros, demuestra que el caso venezolano está
en la agenda de los países de ese continente y pone en evidencia “la situación
compleja” que vive la nación. Y, que “No es el punto central de la discusión si
el líder es ‘a’ o el líder es ‘b’”, sino que “lo fundamental es la coordinación
de la oposición con un liderazgo”.
Ademas, afirma, que “pudiera irse
perdiendo la importancia en el caso venezolano por la complejidad de la agenda
y si nuestra oposición no trabaja coordinadamente”.
Por su parte, la Conferencia Episcopal
Venezolana, a través de su presidente Monseñor José Luis Azuaje, al
descalificar el supuesto dialogo entre el gobierno y con algunos partidos
políticos de la oposición, llamado “diálogo de la mesita”, por alejarse de la búsqueda de la unidad para consolidar una
fuerza que resuelva la crisis política, recordó
que la suspensión del diálogo con
mediación del Reino de Noruega, "resquebrajó todo lo que se había logrado como era sentar
en una mesa a representantes de la oposición y el gobierno"; y ratificó la posición de la Iglesia respecto
a que todo diálogo debe llevar a un proceso electoral.
Igualmente, la Conferencia Episcopal
Venezolana, durante la instalación
de su CXV Asamblea Ordinaria Plenaria, por intermedio de su presidente,
Monseñor José Luis Azuaje, en fecha 7 de enero de 2021, manifestó que, “a pesar de los malos ejemplos, se debe
mirar el futuro aspirando a otros comportamientos y formas de hacer política”,
porque, “la rehabilitación de la política pasa por fundamentarla en el amor”. “Este”,
agregó, “no solo se expresa en relaciones íntimas y cercanas sino también en
las relaciones sociales económicas y políticas, lo que implica el desprendimiento
del individualismo y la apertura a todos desde un amor social que integre y
reúna”. En esa misma Asamblea Plenaria, Monseñor Aldo Giordano, Nuncio
Apostólico en Venezuela, indicó que, “si se vuelve a encontrar el valor y la
humildad de decir, en voz alta, que el tiempo de crisis es propicio para
fortalecer el espíritu, mantendremos la confianza íntima de que las cosas van a
cambiar y surge siempre una esperanza “. Y, la
referida Conferencia Episcopal, en su Exhortación Pastoral “Ante la Gravísima Situacion del Pais”, de la clausura de
la mencionada Asamblea Plenaria, de fecha 11 de enero de 2021,
expreso:
“Acompañando
e interpretando el sentimiento de la mayoría de los venezolanos, volvemos a
insistir que el país necesita un cambio radical en la conducción política, lo
cual requiere por parte del Gobierno, la suficiente entereza, racionalidad y
sentimiento de amor al país para detener este mar de sufrimiento del pueblo
venezolano; y la urgente disposición a fin de encontrar el camino legal y
pacifico más expedito, que facilite una transición democrática y nos lleve
cuanto antes a unas elecciones Presidenciales y Parlamentarias en condición de
libertad e igualdad para todos los participantes y con acompañamiento de
Organismos Plurales. Somos conscientes de que estamos pidiéndole al gobierno un
acto de valentía; pero esto es preciso por el bien del pueblo, especialmente de
los más pobres. Así los venezolanos nos reencontraremos como hermanos y
construiremos una Venezuela prospera para todos”.
“Como pastores de
la Iglesia venezolana, invitamos al pueblo a mantenerse fortalecidos en Dios.
Por ello invitamos al país a una JORNADA NACIONAL DE ORACIÓN Y REFLEXIÓN el día
2 de febrero de 2021, de manera que nuestras plegarias fortalezcan la fe y la
esperanza y nos alcancen de Dios que podamos resolver nuestros conflictos de
manera pacífica, en una sociedad donde nos reconozcamos unos a otros como
hermanos”.
Motivaciones internacionales y Exhortación, anteriores,
sin duda, son una invitación a un acercamiento entre gobierno y oposición por
encima de sus posiciones extremas. Evidentemente,
que este pronunciamientos, al igual que los de otros organizaciones
internacionales y supranacionales, en el mismo orden de ideas, obligan a
ponderar la teoría, praxis y ética de un proceso de negociacion para un dialogo
que establezca un marco de referencia para la solucion de una grave crisis como
la que afecta a Venezuela, dada las posiciones extremas de una u otra parte, y,
por la otra, que por la presión
internacional la propuesta de un dialogo podría irse abriendo paso poco a poco.
Por ello, es lamentable, antes de ponderar la factibilidad de esa mediación
que la Asamblea Nacional, electa en las cuestionadas elecciones de diciembre de
2020, por considerar que la actual junta
directiva del CNE finalizo sus funciones
con la realización del proceso de las elecciones parlamentarias del pasado 6 de
diciembre, se hubiera adelantado a iniciar el nombramiento de los rectores
del CNE, mediante la eleccion de la Comision de Postulaciones, sin ninguna promoción
para que la sociedad civil, de la manera mas amplia, propusiera sus 11 candidatos
para integrar dicha Comision, de 21 miembros, para la eleccion de los rectores
del CNE, de los cuales cinco personas no han de estar vinculadas a
organizaciones con fines políticos; tres de ellos o ellas deben ser postulados por la sociedad civil, uno o una
por las facultades de ciencias jurídicas y políticas de las universidades
nacionales, y uno o una por el Poder Ciudadano.
Ello por mandato de los artículos 295 y 296, de la Constitucion. Digo
que lo acordado por la Asamblea Nacional oficialista es lamentable porque
contribuye aun mas a descalificar la intención o disposición del gobierno de
Maduro de que verdaderamente busca una solución pacífica la crisis nacional,
Maxime cuando, por ejemplo, la designacion de un nuevo poder electoral ha de
ser parte del dialogo, como lo propone la Unión Europea, que conduzca a elecciones locales,
legislativas y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes. Y, porque, la designacion no participativa determinante
de la pluralidad de la sociedad civil en la conformación de la referida
Comision de Postulaciones por la Asamblea Nacional oficialista, es otra accion
del gobierno de Maduro, que como lo advirtió el Consejo de Europa, reduce el
espacio democrático en el país que han impedido persistentemente la resolución
de la profunda crisis política en Venezuela.
II
Las reuniones de Barbados: Reuniones preparatorias y no una verdadera
mediación. El dialogo de “la mesita”:
conversaciones para arreglos políticos electorales y no mediación entre gobierno
y oposición para un dialogo nacional
Para un análisis de este tema, es de resaltar
que el Gobierno de Maduro y la oposición democratica, representada por Juan
Guiado, que no se reconocen de forma mutua, sin embargo, instalaron anteriormente
de manera “permanente” una mesa de conversaciones en Barbados, con la mediación del Reino de Noruega, luego de dos rondas de reuniones en Oslo, como medio practico de un dialogo para resolver el grave conflicto institucional que ha
desembocado en una crisis institucional y humanitaria y en una masiva violacion
de derechos fundamentales que afecta a Venezuela. Ello implica que el gobierno de Maduro reconoció
la cualidad de contraparte de Juan Guaidó para un dialogo de una negociación, y
que Juan Guaidó, a pesar de las denuncias de ilegitimidad del gobierno
madurista, igualmente lo reconoce como contraparte, lo cual no implica
juridicamente convalidación alguna de tal ilegitimidad. Por otro lado, el gobierno de Maduro, tres meses después de la primera ronda de reuniones expresó, que decidió terminar las conversaciones con la
oposición en protesta contra la congelación de sus intereses económicos en
Estados Unidos. Y el gobierno de Guaidó,
por su parte, afirmó que el gobierno de Maduro había abandonado el proceso de reuniones
con excusas falaces, tras más de 40 dias durante los cuales se han negado continuarlo
y que por lo tanto “el mecanismo de Barbados se agotó”. Ambas partes, sin embargo,
recientemente no han negado la posibilidad de un proceso de alguna negociacion,
como se señaló anteriormente, solo que una u otra, consideran que han de darse
ciertas condiciones previas para su reinicio. Principalmente, por parte del
gobierno de Maduro la suspensión de las sanciones económicas establecidas y por
parte de la oposición democratica la libertad de los presos políticos, la
eliminación de las inhabilitaciones politicas y el respeto de los derechos
humanos. Una especie de “alto del fuego” o cese de las hostilidades.
De dichas reuniones, poco se supo sobre las reglas de las negociaciones y
su metodología, pero, Gerardo Blyde, afirmó que hubo la propuesta definitiva de
lograr un gobierno de
transición sin Maduro y Guaidó y celebrar elecciones libres que le permitieran
al país recuperar la democracia. Y, que ello se había consultado con
Guaidó, con la Asamblea Nacional y con todos los factores que lo acompañan y se
convino en que salieran los dos. Es
decir, ni Maduro ni Guaidó estarían en el poder para cuando se convocara el
proceso electoral. Es decir, que se retirarían antes de que se pusiera en
marcha el proceso electoral si se llegaba a un acuerdo. Por ejemplo, si se definía un tiempo de ocho
meses, tenían que salir ocho meses antes de las presidenciales”, explicaba
Blyde. El Gobierno de Maduro y la oposición se reunieron entre
finales de 2017 y principios de 2018 y en 2018, pero las negociaciones acabaron
sin resultados cuando ambas partes se acusaron de romper los primeros acuerdos
alcanzados y la oposición se negó a firmar un documento de acuerdos, que
consideraba lesivo a sus intereses. Vale decir, que, en
verdad, la opacidad y la falta de información fue una característica de las
reuniones de Barbados.
La Mesa de Dialogo Nacional de septiembre de
2019 , conformada por una delegación del Gobierno
Nacional y representantes de los partidos políticos MAS, Avanzada Progresista,
Soluciones y Cambiemos, tendría por objeto, acuerdos sobre el balance y el equilibrio entre los poderes
constituidos y constituyente, el mecanismo de normalización institucional, el
conflicto entre poderes y la superación del desacato de la Asamblea Nacional
y el acuerdo que incluirá todos los procesos
electorales que se deberán realizar en un clima de convivencia, garantías
electorales amplias y normalidad política y acuerdos electorales y económicos. Sobre este Dialogo, llamado “dialogo de la mesita,
desde su inicio podía suponerse que no seria una solucion al conflicto
institucional, sino el de un arreglo entre el gobierno y los sectores de la oposición
que habían manifestado que participarían en las elecciones parlamentarias de diciembre
de 2020. En verdad, esta reunión sirvió para polarizar aún más el pais y dividir
la oposición. Y mucho menos sus acuerdos electorales condujeron a una solucion pacífica
del conflicto político, sino que lo agravaron, hasta el punto que la eleccion
de la nueva Asamblea Oficialista ha recrudecido la persecucion contra el resto de la oposición y hasta el externo que opositores electos en dicha Asamblea han asumido
el papel de sus verdugos por delegación del gobierno de Maduro, en contra de
Juan Guaidó y de su gobierno interino, del cual, incluso, esos diputados formaron parte hasta enero del
2020. Por otra parte, incluso sectores afines del gobierno
de Maduro, como los del PCV, calificaron
de farsa tales reuniones, denunciando que era “un pacto de élites, entre dos
factores, que de forma falsa pretenden polarizar en la política venezolana”, puesto
que “desde el gobierno y desde la llamada mesita de la oposición,
pretenden mostrar una falsa polarización entre dos factores que están
negociando y repartiéndose los espacios de poder en Venezuela”, y, que, “los venezolanos estamos hastiados de
conflictos entre cúpulas, que al final no representan los intereses, las
demandas y los padecimientos del pueblo trabajador de la ciudad y el campo".
Por otro lado, el sesgo parcializado geopolíticamente
de esta Mesita, lo evidencia la participación del canciller ruso, Sergei Lavron,
en su reunión del 7 de febrero de 2020, quien afirmo que “las fuerzas radicales
de la oposición, (…), por lo que se puede apreciar, está más preocupada por sus
ambiciones que por el futuro de su país y de su pueblo”. Y que consideraba tal Mesita
parte de “la línea política independiente que su país está aplicando en la
arena internacional”. Al igual que recordó que, “el presidente de la Federación
de Rusia, Vladímir Putin, al reunirse con el presidente de Venezuela,
Nicolás Maduro el 25 de septiembre de 2019, subrayó que cualquier rechazo
al diálogo era considerado por la parte rusa irracional, dañino para
el país y amenazante para la prosperidad de los habitantes de Venezuela”. Evidentemente, que Rusia
carece de la neutralidad necesaria para servir de mediador en un verdadero
dialogo de solucion de la crisis venezolana.
Aparte
de lo negativo de su resultado, no hubo mediación alguna sino intermediación por
representantes del partido del gobierno de Maduro y de los partidos del sector
opositor que habían decidido ir a dichas elecciones, algunos de los cuales cuyas
directivas habían sido designadas por la Sala Constitucional del TSJ a los cuales
se les asigno las tarjetas electorales reconocidas por el CNE. Pero, evidentemente que la mesita de dialogo fue
dañina para la imagen de un verdadero dialogo para solucionar pacíficamente la
crisis venezolana.
III
La realidad politica posterior a las reuniones de
Barbados. El conflicto institucional y la crisis humanitaria
Ahora bien, desde la finalización de las
reuniones de Barbados evidentemente que la realidad politica ha cambiado. En efecto, en enero de 2020 el chavismo y una parte de
la oposición eligieron una Junta Directiva de la Asamblea Nacional y como nuevo
presidente de la Asamblea Nacional al diputado Luis Parra, que fue reconocida por el
gobierno de Maduro y el Tribunal Supremo de Justicia como la Asamblea Nacional
legitima. Mientras que, por otra parte,
la mayoria de los diputados de la oposición reeligieron a Juan Guaidó como
presidente de la Asamblea Nacional para el periodo 2020, desconociendo la
directiva que eligió a Luis Parra. Asimismo,
la eleccion parlamentaria de diciembre de 2020 no resolvió el conflicto
institucional y la falta de equilibrio entre los poderes publicos, ni ha representado
una reinstitucionalización del Estado democratico de Derecho. La Asamblea Nacional Constituyente (ANC), cesó sus funciones en
diciembre de 2020 luego de asegurar una mayoría de chavistas en
la Asamblea Nacional electa el 6 de diciembre que la comunidad internacional y
el grueso de la oposición no reconoce. Y concluyó su funcionamiento sin dictar una nueva
Constitucion, pero elaboró leyes paraconstitucionales contra el orden
democratico. La Asamblea Nacional legitima elegida en el 2015 terminó su
periodo en diciembre de 2020, pero aprobó su «continuidad constitucional» al
sancionar el 26 de diciembre del 2020 la reforma al Estatuto de Transición, que
establece que el parlamento presidido por Juan Guaidó se mantiene en ejercicio
hasta el 5 de enero de 2022, o hasta conseguir elecciones libres. Y de inmediato, el 30 de diciembre del 2020 la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia 0274-2020, sin proceso alguno, anuló la reforma aprobada por el Parlamento de mayoría opositora
para extender su período tras desconocer las elecciones legislativas. Aparte
de lo anterior, el régimen de Maduro establecio Protectorados para los estados Táchira,
Mérida, Anzoátegui y Nueva Esparta, cuyos gobernadores son de oposición, en
contra del modelo de estado federal descentralizado que la Constitucion consagra
en su artículo 3º y en contra de la autonomía de los estados que establece su
artículo 159.
Por otro lado, Maduro, después de las
elecciones de diciembre de 2020 aseguró que está dispuesto a entablar lazos con el
presidente electo de Estados Unidos con quien prevé una alianza y aseguró que busca entablar conversaciones
con la oposición venezolana y que esperaba que se abran posibilidades de
comunicación y de diálogo de Venezuela con Estados Unidos.
E hizo una propuesta de una mesa de paz. Juan
Guaidó, ante ese nuevo diálogo para el país manifestó que está dispuesto a
hablar con el Gobierno de Nicolás Maduro si este deja de ser usurpador de la
Presidencia y se convocan «elecciones libres.
Y, con anterioridad, el Gobierno
de Estados Unidos dijo que levantaría todas las sanciones impuestas al Gobierno
de Venezuela si Nicolás Maduro y Juan Guaidó se hacen a un lado y permiten que
se conforme un gobierno de transición nombrado por parlamentarios del
oficialismo y la oposición. Maduro, por su parte, dijo que habrá
elecciones regionales libres a cambio de seguir hasta 2025,
lo que se puede considerar como un chantaje.
Una vez asumido el nuevo gobierno en Estados
Unidos, después dos años
después de romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos, Maduro afirmo que
estaba “dispuesto a “pasar la página” y establecer “un nuevo camino” con el
gobierno de Joe Biden, sobre la base del respeto mutuo, el diálogo, la
comunicación y el entendimiento”. Y, por
su parte, el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, declaro que el presidente
de Estados Unidos no reconoce al chavista como mandatario de Venezuela y lo
calificó de “dictador; y que el gobierno de Joe Biden no espera tener contacto “en el corto
plazo” con el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro. Sin embargo, Estados Unidos autorizó algunas
transacciones con el gobierno de Venezuela para operar con puertos y
aeropuertos en ese país sudamericano, marcando un cambio de política de la
administración de Biden con respecto a la de Donald Trump. En
efecto, el Departamento del Tesoro emitió la licencia 30A, que permite tratar
con el Instituto Nacional de los Espacios Acuáticos (INEA) de Venezuela, o cualquier entidad que ésta posea, para posibilitar la
operativa portuaria y aeroportuaria ordinaria, algo prohibido en agosto de 2019
por el gobierno de Trump. Pero, la
nueva licencia no autoriza, sin embargo, ninguna transacción o
actividad relacionada con la exportación o reexportación de diluyentes, claves para que Venezuela pueda procesar su pesado crudo,
así como ninguna transacción con personas o entidades objeto de sanciones del
gobierno estadounidense. Sin embargo, la licencia
mencionada puede rebajar los niveles altos de tensión en beneficio de un acercamiento
progresivo hacia los Estados Unidos, porque representa un moderado cambio de la
policía de este pais con el gobierno de Maduro. Por ejemplo, es posible que el gobernó americano
por cuanto autorizo operaciones ordinarias, que a la aerolínea estatal venezolana
y otras aerolíneas internacionales vuelvan a operar en Venezuela.
Aparte del conflicto político e
institucional por la falta de vigencia de la Constitucion, por el vacío de poder
y la violacion masiva de derechos humanos, la crisis social venezolana adquiere
niveles de crisis humanitaria. Sobre la situacion de Venezuela,
la Conferencia Episcopal de Venezuela, en su Exhortación Pastoral “Ante la
Gravísima Situacion del Pais”, de
la clausura de la mencionada Asamblea Plenaria, de fecha 11 de enero de 2021,
mencionada anteriormente, señaló:
“Sufrimos en nuestro país
las nefastas consecuencias de un modelo económico, impuesto por un régimen y
una ideología de corte comunista que nos ha empobrecido a todos, especialmente
a los más débiles. Y, por otro lado, vemos a un grupo minoritario de
venezolanos que se va enriqueciendo en detrimento de la mayoría de la
población. Padecemos los desaciertos de
un mal llamado “Plan de la Patria”, que pretende imponer leyes para ir creando
el estado comunal. El mismo está dirigido por personas que no asumen la
responsabilidad y la ética que emanan de ser gobierno, que debe promover el
desarrollo, el progreso y bienestar de todos los ciudadanos, y a no propiciar
calamidades y ruina a la nación”.
“Además, es notorio cómo
se ha deteriorado la calidad de vida, educación, salud, y servicios básicos;
padecemos una inflación indetenible y una devaluación que ha empobrecido a toda
la población. Todo esto ha llevado al aumento de la migración forzada, que, en
vez de ser protegida, es objeto de vejación por los agentes policiales y
militares a lo largo del camino. Esta migración es la prueba más evidente del
gran fracaso de las políticas públicas (económicas y sociales) ejecutadas por
el Gobierno”
“Los informes de la Alta
Comisionada de la ONU, para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en junio
de 2019, de la Misión especial de la ONU, investigadora de este tema, emitidos
el 15 de septiembre de 2020, y el informe de la Fiscalía de la Corte Penal
Internacional de La Haya, el 14 de diciembre de 2020, están basados en un gran
número de expedientes de torturas y asesinatos que señalan crímenes
presuntamente cometidos por funcionarios del actual gobierno”
Como se
indicó, la Alta Comisionada de Derechos
Humanos de la ONU, la Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos sobre
la República Bolivariana de Venezuela del Consejo de Derechos Humanos de la
ONU, la Fiscal ante la Corte Penal Internacional y Expertos Independientes de
la OEA, reiteraron la existencia de
graves violaciones a los derechos humanos y la persecucion politica con 2.182 personas que han sido
detenidas por motivos políticos en Venezuela y con 354 presos políticos al inicio de
este año, 13 de ellos indígenas;
y advirtieron la comisión de supuestos de
crímenes de lesa humanidad por autoridades del gobierno de Maduro. Asimismo, la Agencia para los
Refugiados de la ONU ha considerado que la mayoría de los venezolanos que
huyen de Venezuela necesitan protección internacional como refugiados, dado el
deterioro de la situación política, económica, de derechos humanos y
humanitaria en su país. Y en un comunicado, el Alto comisionado de la ONU
para los refugiados (ACNUR) informó que al menos 3.7 millones de venezolanos
han huido de su país en años recientes y que “dado el agravamiento de la
situación política, económica, de derechos humanos y humanitaria” en Venezuela,
la ONU “considera ahora que la mayoría de esas personas tienen necesidad de la
protección que brinda el estatus de refugiados internacionales”. A lo cual se agrega denuncia de la ONU que la
militarización de las fronteras en Latinoamérica puede producir
graves violaciones de los derechos humanos de los ciudadanos venezolanos
que huyen de la crisis que atraviesa su país. En este sentido, el relator especial para
derechos de los migrantes, Diego Portales calificó la militarización de las
fronteras de varios países suramericanos como el episodio más recuente de una
serie de medidas contradictorias e improvisadas de política migratoria.
Igualmente, la Relatora
Especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación pidió levantar
inmediatamente las sanciones contra Venezuela para prevenir que los países que hoy
hacen frente a la pandemia del COVID-19 sufran crisis alimentarias. La FAO, en su Informe mundial sobre la crisis alimentaria 2019, difundido por la
agencia de Naciones Unidas, ha señalado que, en Venezuela, la subalimentación se cuadruplicó,
al pasar del 6,4 % al 21,2 %, debido a la desaceleración económica
experimentada. Finalmente, según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi)
2019-2020, se reveló que 79,3% de
los venezolanos se encuentra en pobreza extrema, es decir, más de 22 millones de
personas, y que 96,2% son pobres de ingreso.
A toda la realidad anterior se
agrega la gran corrupcion sistémica
y persistente que coloca al pais
entre los cinco paises más corruptos del mundo y el más corrupto de America
Latina y que determina debilitamiento de la democracia como lo indica la ONG Transparencia Internacional. En este orden de ideas, esta organización
señala que el abuso de poder, la opacidad, el despilfarro y la desviación de
los recursos públicos que debieron destinarse a la inversión y el
mantenimiento, en sectores prioritarios como salud, agua, electricidad,
alimentación, transporte, gas doméstico y combustible, ampliaron la brecha de
pobreza y las desigualdades. En concreto, como lo asienta Amnistía Internacional, Venezuela atraviesa por una grave crisis de masivas violaciones de derechos
humanos, que se evidencia en la pérdida de calidad de vida, la falta de acceso
a los derechos a la alimentación adecuada y a la salud, en la inseguridad
jurídica y personal, así como en la violencia institucional y la represión a la
protesta, lo cual este panorama los
flujos de migración hacia otros países se han incrementado substancialmente a
casi 7 millones de venezolano.
Por otra parte, el sistema de
justicia es cada vez menos autónomo y el poder judicial, y principalmente, el
Tribunal Supremo de Justicia, elegido por la Asamblea Nacional oficialista en
diciembre de 2015, es parte de la politica de persecucion de sectores políticos
y disidentes y, cuya independencia
es socavada y su incapacidad para controlar el espacio de
poder y para velar por el respeto de los derechos humanos, son reconocidas según el Informe de la Alta Comisionada de Derechos
Humanos de la ONU del 15 de julio de 2020; asi como el carácter político de la
mayoria de sus decisiones desde el 2015, con 127 sentencias que invalidad las
competencias de la Asamblea Nacional democratica.
No cabe duda, pues, dada la realidad descrita
anteriormente, que Venezuela está en un verdadero estado de necesidad y de
emergencia humanitaria y en un estado de ausencia de la institucionalidad de un
estado democratico de derecho, debido fundamentalmente al conflicto político entre gobierno y oposición
que motiva no solo sentimientos patrióticos, sino tambien principios éticos que llevan a la discusión sobre la teoría y la praxis de la mediación
para un proceso de transición inclusivo, participativo y democrático como
solucion a tan grave y dramatica crisis. Donde ciertamente la
reinstitucionalización del Estado constitucional es presupuesto y factor
determinante. Mi intención es este
artículo es reflexionar sobre la mediación para una negociacion de resolución
de un conflicto político que ha conllevado a una crisis humanitaria de gran
complejidad, que repercute a nivel regional e internacional. Si algo sirven estas reflexiones para motivar
un proceso de dialogo serio, sensato y ético, habría cumplido con un deber ciudadano
y con el deber moral patriótico de contribuir con la solucion de los males de
nuestra sociedad. En consecuencia, con
el principio del dialogo social y de fraternidad del humanismo cristiano que
guía mi pensamiento.
IV
La ética en la mediación y la ética
de la mediación.
En este
orden de ideas, desde el punto de vista ético, este planteamiento se orienta
bajo la concepción del dialogo y amistad social, desarrollada en la Encíclica
Fratelli Tutti (Sobre la Fraternidad y la Amistad Sociales), del Papa
Francisco, del 3 de octubre del 2020, entre las posiciones que pretenden evadir
una realidad critica refugiándose en posiciones propias y la violencia destructiva
o entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta. Es decir, según el mismo Pontífice, en esta
realidad siempre hay una opción
posible: el diálogo, no como “un febril intercambio de opiniones en las redes
sociales, muchas veces orientado por información mediática, que no es siempre
confiable”. Y que sólo “son monólogos
que proceden paralelos, quizás imponiéndose a la atención de los demás por sus
tonos altos o agresivos”. Esta tesis sostiene,
que “La resonante difusión de hechos y reclamos en los medios, en realidad
suele cerrar las posibilidades del diálogo, porque permite que cada uno
mantenga intocables y sin matices sus ideas, intereses y opciones con la excusa
de los errores ajenos”. “Prima la costumbre”, según esta tesis, “de
descalificar rápidamente al adversario, aplicándole epítetos humillantes, en
lugar de enfrentar un diálogo abierto y respetuoso, donde se busque alcanzar
una síntesis superadora”. Y, que “lo
peor es que este lenguaje, habitual en el contexto mediático de una campaña
política, se ha generalizado de tal manera que todos lo utilizan cotidianamente”.
Por lo que, “El debate frecuentemente es
manoseado por determinados intereses que tienen mayor poder, procurando
deshonestamente inclinar la opinión pública a su favor”. Y, por ello el Papa Francisco advierte, que,
“No me refiero solamente al gobierno de turno, ya que este poder manipulador
puede ser económico, político, mediático, religioso o de cualquier género”. “A
veces se lo justifica o excusa”, según el Pontífice, “cuando su dinámica
responde a los propios intereses económicos o ideológicos, pero tarde o temprano
se vuelve en contra de esos mismos intereses”.
Al igual que, “La
falta de diálogo implica que ninguno, en los distintos sectores, está
preocupado por el bien común, sino por la adquisición de los beneficios que
otorga el poder, o en el mejor de los casos, por imponer su forma de pensar”. Y concluye, el Papa Francisco, “Así las
conversaciones se convertirán en meras negociaciones para que cada uno pueda
rasguñar todo el poder y los mayores beneficios posibles, no en una búsqueda
conjunta que genere bien común. Los héroes del futuro serán los que sepan
romper esa lógica enfermiza y decidan sostener con respeto una palabra cargada
de verdad, más allá de las conveniencias personales. Dios quiera que esos
héroes se estén gestando silenciosamente en el corazón de nuestra sociedad”.
(Nos 198-202).
Un aspecto no solo ético sino de
la praxis de la mediación, son las reglas generales de la preparación del
encuentro y posteriores reuniones, entre
gobierno y oposición, que no son propiamente la negociación, sino una fase
previa de verificación de la intención
de las partes de si en verdad existe la
voluntad de resolver el conflicto
mediante un diálogo para una negociacion y sobre qué se quiere con la
negociacion y acerca de lo que las partes estan dispuestas a llegar a acuerdos y cuáles son las alternativas
posibles. Igualmente, la existencia de las
reglas generales sobre las operaciones del proceso de medición y de negociacion
ayudan a la confianza para un dialogo honesto, por ejemplo, sobre como quiénes
pueden ser los negociadores por las partes, donde tendrían lugar, el plazo, las
propuestas de las partes para una negociacion y sobre cómo resolver los impases
que puedan surgir y los medios de legitimacion de los acuerdos por la voluntad
popular.
Tesis que se basa en la idea de una mejor política, donde el Santo Padre hace una llamada
hacia un orden social y político cuya alma sea la caridad social, Es decir, una
política con visión amplia, que lleve adelante un replanteamiento integral de
las relaciones y promueva
un diálogo interdisciplinario sobre los diversos aspectos de la crisis. Y que se funda en el derecho y en el diálogo leal. Esta visión ética del
dialogo se basa tambien en las renuncias que hagan posible el encuentro, saber escuchar el punto
de vista del otro y facilitar que todos tengan un espacio en condiciones de
igualdad. El Papa Francisco resume en cinco puntos
en qué consiste una buena política del dialogo político: Que
trabaje por grandes principios y apueste por un servicio al bien común a largo
plazo. Que
no busque únicamente garantizarse los votos. Que fomente cauces de
encuentro, escuchar el punto de vista del otro facilitando que todos tengan un
espacio. Que promueva una
economía integrada en un proyecto social, cultural y popular que favorezca la
diversidad productiva y la creatividad empresarial. Y, que
tenga una visión amplia para llevar adelante un cambio integral.
En ese orden de ideas, ante el planteamiento de Fedecámaras de no satanizar el dialogo, la negociación, y el
encuentro ante una realidad comparable con la de una nación en guerra y una
hiperinflación que en 2020 alcanzó 3.713%; si bien ello es verdad, para no satanizarlo
hay que moralizarlo, comenzando por el gobierno de Maduro.
Un aspecto, sin duda, es que no se da importancia las
prácticas de moral y ética generadoras de violencia y violación a la dignidad,
al respeto, a la vida y al honor del hombre, O, se tratan sin interés, o,
acaso, son parte de una doble moral. Un aspecto es la trasparencia que
deben tener los procesos de diálogos políticos y otros el de la credibilidad de
los intermediarios y la neutralidad de los mediadores. De allí que la práctica de moral social y de
ética de la credibilidad y transparencia legitiman sus gestiones, por lo que, según
lo dice Mariano Sierra, “no son virtudes
imaginarias para la disertación o el discurso retorico” . En este contexto, hay
que tener claro la distinción que formula la profesora Palma Román Marugan, de
la Universidad Complutense de Madrid, entre, el facilitador, que es aquel cuya
misión consiste en crear las condiciones para que las partes obtengan acuerdos
a su ritmo. El formulador, que es aquel encargado de idear algunas soluciones,
con el diagnóstico de causas y la previsión de consecuencias que sirva de
impulso para favorecer el pronto y más eficaz desarrollo del proceso, ante una
posición inmóvil de las partes. Y, el manipulador, que es un mediador muy
intervencionista, incluso coercitivo, que aprovecha su posición política para
ejercer presión en el sentido de sus intereses. Pienso, bajo mi
responsabilidad, que el fracaso de las iniciativas de dialogo entre el gobierno
de Maduro y la oposición ha carecido de verdaderos facilitadores y formuladores
y que en algunos casos por la presencia determinantes de manipuladores nacionales
e internacionales.
Me permito citar, por lo acertado, las
conclusiones a las que llega la citada profesora Paloma Román Marugán, de la
Universidad Complutense de Madrid, sobre la mediación política, quien
textualmente concluye:
“Los conflictos profundamente arraigados
reclaman una solución política como meta
del mejor acuerdo. Frente a la derrota o a
la solución militar, la salida política apuesta
por un acuerdo negociado en el que consientan las partes. Esta sería la máxima
propia de la mediación, pero en el ámbito político, se presentan una serie de
especificidades que es necesario subrayar para comprender mejor estos procesos.
a) En
primer lugar, hay que mencionar que la mediación política se sustenta en la
negociación; de ahí el empeño en mencionar la expresión
equipo de mediación/negociación. Si para el ejercicio de
cualquier rama de la mediación, conviene tener formación y
experiencia negociadora, en el ámbito político es un
requisito imprescindible. Si la mediación opta como camino central de su actuación
por facilitar un acuerdo emanado de las partes, en el ámbito político,
el equipo ha de formular todos los escenarios posibles, enunciar posibilidades
–siempre negociadas-, guiar el proceso a través de la negociación, y
del mismo modo, vigilar el seguimiento de los
acuerdos.
b) Tal
y como ya se señaló, frente a la imparcialidad de terceros a ultranza de
cualquier proceso de mediación, en el caso de la
búsqueda de soluciones políticas,
cabe la posibilidad, siendo muchas veces un muy buen recurso, solicitar el
concurso de mediadores internos al proceso por su profundo conocimiento de un
conflicto profundamente arraigado.
c) Otra
especificidad de la mediación en el ámbito político es la variedad de posibilidades
de perfiles dentro de estos intervinientes (facilitador, formulador, manipulador.),
que bien pueden coincidir o no, en la misma persona,
frente a una posición más homogénea de otros ámbitos de la
mediación. Esto pone de manifiesto, el entramado complejo con el que se
trabaja en estos escenarios.
d) Otra
de las peculiaridades que hay que reseñar es la problemática existente en torno
a la cuestión de la asimetría. Ya se ha comentado que suele ser una presencia
habitual en los procesos de mediación; pero en el ámbito político puede
ser un factor de riesgo, además de ser muchas veces imposible de esquivar, precisamente
por los intereses que mueve no sólo de las partes, sino también de terceros
(observadores, donantes o “partidarios”) donde se encuentran objetivos
geopolíticos con peso suficiente para inclinar la balanza más sobre los propios
que sobre los de las partes en conflicto.
e) Y
sin duda, y ya se señaló, una de las especificidades más duras, son los dilemas
morales, a que se puede, y debe enfrentar un equipo de media-ción/negociación
en el ámbito político: es la referencia al establecimiento de prioridades,
sobre todo al inicio para poder conseguir un cese de la
violencia, a costa del sacrificio del cumplimiento de las normas, así como
establecer contactos y además propiciarlos después con la parte contraria, de
personas que llevan sobre sus espaldas no haber respetado los derechos humanos
básicos, dando con
esta acción un reconocimiento que las victimas entienden como
insoportable. La mediación política es una forma
racional y razonable de acabar conflictos profundamente arraigados; pero es simplemente una extensión de la actividad
regulatoria del conflicto que viene
ejercitando la política desde hace siglos. Pero la complejidad
de aquellos y la interdependencia del mundo globalizado hacen preciso que se mejore
y se perfeccionen aquellas prácticas, a través de la experiencia, pero también de
la reflexión académica, que puede ayudar a completar lagunas y
depurar otra línea de investigación tanto básica como aplicada
en las ciencias sociales”.
La tesis, en síntesis que postulo como teoría,
desde un punto de vista ético, es la del diálogo abierto y respetuoso, donde se busque alcanzar
una síntesis superadora, donde no deben privar los propios intereses económicos
o ideológicos, por lo que no han de ser meras conversaciones, sino bajo una palabra cargada de verdad, más allá de las
conveniencias personales. Es concreto, la tesis de la ética en la
mediación y ética de la mediación en la cual son determinantes la trasparencia,
la veracidad de la información y la negociacion al amparo de la ley, es decir,
sin comprometer principios basicos del bien común, irrenunciabilidad de los
derechos humanos y la equidad. Asimismo, el grado de confianza de los
mediadores. En este orden de ideas, la Iglesia aparece como un espacio para el diálogo y el encuentro, puesto
que sigue siendo percibida por la sociedad como una organización de confianza,
como lo señala el estudio realizado por los profesores Adolfo Vargas y Zaira
Reverón de la Universidad Simón Bolívar, denominado “Paralelo 2003: Opiniones y
Valores Políticos de los venezolanos; Presente y Futuro de Nuestra Democracia”. Por otra parte, sin duda, que la desunión
entre los sectores de la oposición por su pluralismo dificulta un dialogo por
el obstaculo de considerar la cualidad de la contra parte del gobierno a un
solo sector de la oposición, al contrario del gobierno que es unitario.
V
La mediación y su contenido. Su proceso inclusivo. Legitimidad de la
negociacion
En mi razonamiento personal, sin
comprometerme con persona u entidad alguna, la realidad antes descrita de
crisis humanitaria compleja y de violacion grave y masiva de derechos humanos
individuales y colectivos, ante los nuevos hechos que cambiaron y agravaron la
realidad politica del pais con posterioridad a las reuniones de Barbados; la mediación en busca de un dialogo constructivo es una
opción, dentro de todas las que estan sobre la mesa como incluso el
presidente Juan Guaidó lo ha manifestado en varias oportunidades, por supuesto mediación
que pondere como fin último la reinstitucionalización del Estado constitucional
democratico. Y, sobre todo que depende
de la conciencia ética de cada parte, principalmente de quienes controlen el
poder. Lo cual es mucho más difícil cuando se trata de gobiernos dictatoriales
o ideológicos, por lo cual resultan determinantes, la presión, primeramente, de
la sociedad en favor de un dialogo leal, y, en segundo lugar, de la comunidad
internacional para forzar el encuentro y preparar agendas comprometedoras para
las partes.
Al igual que lo sostuve en mi artículo, “Mediación de Barbados:
¿Hacia un proceso de transición inclusivo, participativo y democrático?”, del
28 de julio de 2019, no hablo de negociación, sino de mediación. Por lo que con algunos agregados a dicho
artículo me referiré por qué la mediación. Puesto que de lo que se trata es de
un acercamiento procurado por gobiernos extranjeros, organismos internacionales
o personalidades independientes. Como una mediación su propósito es que ambos contendientes
acepten que existe una crisis que hay que resolver y que su solución depende de
los dos, y ademas que cada uno se reconozca su cualidad o condicion como parte igual
aun cuando se discuta la ilegitimidad de una u otra. Por otro lado, en la
mediación internacional no hay intermediarios de las partes sino mediadores
neutrales, que procuran que dos contendientes se admitan como tal, y que entre
ellos existe un conflicto grave y que afecta por su extensión, magnitud y
polarización la comunidad nacional y mundial. Por supuesto, que cuando no hay
igualdad entre los contendientes, como ocurre en Venezuela en donde una tiene
la fuerza y las armas, los mediadores deben promover, por parte de quien tiene
el poder, expresiones o manifestaciones de acercamiento y no de persecución, como,
por ejemplo, indultos o amnistías o liberación de controles o de restricciones
de derechos políticos. Y, por quien asume la protesta social ante tal poder, como
lo es la oposición, ademas de su unión, posturas o posiciones de flexibilidad
mediante un consenso. En pocas palabras, generar
credibilidad y trasparencia entre las partes para acercarlas a una negociación,
que se justifique por la gravedad del conflicto y por la convicción del daño
mayor que se causa si no se le buscan soluciones.
Como lo han señalado, incluso el Parlamento
Europeo, y varias veces la Conferencia
Episcopal de Venezuela, se trata, principalmente, de una crisis originada por
la ilegitimidad de origen del Presidente y de la anterior Asamblea Nacional Constituyente, del
cerco y persecución de la Asamblea Nacional democratica y de sus diputados; y
por la implementación de una serie de leyes, políticas, prácticas y sentencias y
de un poder judicial subordinado, que han restringido el espacio democrático, lo que ha permitido al Gobierno de Maduro cometer numerosas violaciones de los
derechos humanos; y por la violación masiva de los derechos económicos y
sociales, como lo han reconocido, entre
otros agentes internacionales, la Alta
Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, en sus Informes sobre Venezuela y la Misión Internacional Independiente de determinación de los hechos sobre
la República Bolivariana de Venezuela del Consejo de Derechos Humanos de la
ONU, la Fiscal ante la Corte Penal Internacional y Expertos Independientes de
la OEA.
Y, desde otro punto de vista, no cabe duda que
la magnitud de la crisis humanitaria compleja por el deterioro de la población,
patentizada por la migración masiva que supera la de los de países en guerra,
es otro aspecto que ha impulsado a la comunidad internacional para promover la
mediación entre gobierno y oposición. Y, por supuesto que ha originado una
demanda ciudadana principalmente ante la crisis política-institucional y
económica de grandes magnitudes. Por tanto, que el fin último, es de legitimar un
posible acuerdo fruto de una negociación que no se ha iniciado. Y, por lo
tanto, que se traduzca en cambios políticos por cauces jurídicos de manera que
se formalicen en una modificación de la realidad presente de cuestionamientos
de ilegitimidades y de violaciones a elementos fundamentales del Estado de
Derecho democrático.
La relegitimación de la presidencia de la
Republica y de la Asamblea Nacional como resultado de las elecciones de
diciembre de 2020 y la continuidad de la Asamblea Nacional elegida legitimamente
en el 2015, acordada por esta, es parte del fondo del problema. Aspecto este
que debe ser objeto de un proceso de transición inclusivo, participativo y
democrático. En el sentido, se trata de buscar formas y medios de relegitimar,
constitucionalmente, la institucionalidad de la presidencia por lo que falta
del período presidencial hasta 2025, por haber sido objeto de una elección
adelantada, convocada ilegítimamente, con inhabilitaciones políticas, con el
secuestro de partidos de oposición, con parcialización del poder electoral y
sin las garantías de comicios libres y competitivos. Medio entre los cuales la consulta o el
plebiscito sobre la continuidad de uno u otro poder o la revocatoria de
mandatos populares, o gobiernos de transicion de integración nacional, suelen ser
medios aconsejables. La disolución de la
Asamblea Nacional Constituyente por su falta de convocatoria `por el pueblo
como depositario del poder constituyente originario ya no es un tema a discutir
por el cese de sus funciones, pero si el de las leyes preconstitucionales que dicto
y los nombramientos que designó del Poder Ciudadano, al igual que el de los
rectores del CNE que eligió la Sala Constitucional o de los magistrados del TSJ
que efectuó la Asamblea Nacional oficialista en el 2015 al final de su mandato. Y sobre todo la construcción de un sistema de
integridad electoral que garantice su igualdad, imparcialidad y competividad,
al igual que el derecho del voto en el exterior de los venezolanos migrantes. O la constitucion de una Veeduría
Internacional de verificación de la trasparencia y veracidad de la negociación
y del cumplimiento del pacto político fruto del dialogo, es otro mecanismo de
la credibilidad del dialogo.
Por otra parte, cuando se habla de proceso
inclusivo, más que de la representación en la negociación, se trata de la
consulta amplia, de modo de contar con las diferentes opiniones. O, de proceso
participativo, que se tenga en cuenta el derecho a la información de la
sociedad acerca de la negociación de la transición, en los aspectos puestos
sobre la mesa de discusión. Y democrático, que sea el pueblo en definitiva
quien apruebe el acuerdo de transición plebiscitariamente, con las debidas
garantías y con un nuevo poder electoral, que se pronuncie sobre los cambios de
los poderes públicos, la designación de un gobierno con un presidente provisional,
de integracion nacional; de modo de restablecer la vigencia de la Constitución;
para después realizar elecciones presidenciales, legislativas y locales, libres
y competitivas. Este medio plebiscitario ha sido, considerado “un mínimo de
estándar participativo”, que ha permitido darles a las transiciones políticas,
y a los procesos constituyentes, mayor índole inclusivo y una legitimidad
democratica. Es posible que esto es lo
ideal o lo máximo, pero si que son los aspectos fundamentales de la
negociación, sin que algunos de ellos, salvo los derechos irrenunciables, puedan
ser objeto de cesiones o renuncias, como si algunas posiciones de poder. Otro aspecto, son las garantias para las
partes contendientes respecto de su futuro, donde ya las cuestiones de carácter
penal hay que garantizarlas con el debido proceso, los beneficios procesales
posibles y pertinentes según el derecho nacional e internacional. Y con sistemas
de justicia sin venganza o impunidad, que permitan la conciliación y la
reparación.
Un tema ciertamente difícil es el carácter de
progresividad que debe tener una negociación para el inicio de un
dialogo que ha de culminar en un acuerdo marco, que cuando se trata de
soluciones a crisis institucionales graves ha de suponer un pacto de estado de
mediano plazo, por lo menos. De allí que la inmediatez de las propuestas de los
cambios políticos no es propia de la praxis exitosa de una negociación, sino que
estos cambios han de ser progresivos, por lo que la seguridad juridica de la
ejecucion de tal pacto, asi como de sus controles, es un tema primordial a
considerar por las partes y los mediadores para favorecer el resultado de la
negociacion. Asi, por ejemplo, son
cruciales para la negociación el señalamiento de las diferentes etapas de los
cambios políticos y sus plazos. Asimismo, la asistencia internacional para
ayudar la progresividad de los cambios políticos es conveniente no solo para
garantía del cumplimiento de los compromisos, sino fundamentalmente para la
seguridad juridica y la confianza en su ejecución. Y, finalmente, un tema clave
es el régimen de transicion para los cambios políticos, por lo que los
gobiernos de emergencia o provisionales, de integracion o de unión nacional, son
pieza fundamental para la materialización de los acuerdos de los diálogos para
los cambios políticos. En otras
palabras, que los actores del conflicto
han de tener la disposición de ceder sus posiciones para permitir el régimen de
transición de los cambios políticos.
La experiencia ha demostrado que los procesos
de transición exitosos, principalmente de un cambio de régimen a otro distinto,
han sido los que son aceptados como legítimos por los sectores políticos y la
ciudadanía, mediante los cauces jurídicos de la institucionalidad vigente, como
los casos de España, Chile y Túnez, por citar algunos; porque por su índole
inclusiva, participativa y democrática, permitieron conjugar los factores
políticos con las instituciones jurídicas, con un amplio apoyo popular” . En ese orden de ideas, sería aconsejable una
encuesta previa sobre el apoyo que tendría un proceso de dialogo sobre la
oposición y el gobierno. Asimismo, la
comunidad internacional está consciente que un proceso político de transición
exitoso requiere que todos los sectores e instituciones relevantes de la
sociedad participen de manera activa en sus distintas etapas, lo que dota de
legitimidad al proceso y sienta las bases para una futura adhesión a la nueva
institucionalidad constitucional . Y, por supuesto, en ese
compromiso, las Fuerzas Armadas han de ser uno de los comprometidos.
VI
Conclusión
final reflexiva personal.
Estoy consciente, que
este tema de la mediación, por sí solo, genera prejuicios y controversia; en
parte por la índole agresiva y persecutoria del gobierno de Nicolás Maduro.
Sobre la cual hay diferentes visiones, lo cual es natural, cuando una parte no
genera confianza o credibilidad. Ello es propio de la opinión pública que
existe en la sociedad, cuando se trata de temas donde es difícil el consenso, y
en el cual, es verdad, y con lógica, existe sensibilidad negativa. Sin embargo,
esa pluralidad propia de opiniones sobre cuestiones en las cuales coexisten
subjetividades, nos permite ejercer el derecho y el deber de expresar ideas, en
espacios donde a pesar de diferencias, propias del pluralismo, puede haber
posibilidad de consensos. Derecho y deber, también, de hasta incurrir en
errores, donde lo humano es rectificar, si la razón así lo justifica.
Caracas, 23 de
enero de 2021.
https://www.teleradioamerica.com/2019/01/juan-guaido-dice-esta-dispuesto-a-dialogo-si-su-usurpador-deja