DECALOGO DE LA NEGOCIACIÓN PARA LA RECONCILIACIÓN Y LA PAZ[1].
Román J. Duque
Corredor
Presidente de la Comisión del
Centenario Aristides Calvani.
Caracas, 22 de noviembre de
2017.
“ La doctrina de negociación para la reconciliación y la paz” ha sido elaborada por Román Duque Corredor
en base a los discursos y escritos sobre estos temas de Arístides Calvani.
1.- Un consenso es un conjunto de acciones y de actos
para lograr un fin. Esto es un
acuerdo.
2.- El proceso requiere no sólo un
método y procedimiento para el acuerdo, sino fundamentalmente a un marco
axiológico que sirva de orientación a las decisiones de los participantes, en
esencia los valores democráticos como valores superiores y el respeto de los
derechos humanos, como un orden universal.
3.- En épocas de
crisis humanitarias, el
consenso es un deber
ético porque su fundamento
es el
derecho humano a vivir en
democracia, es decir, en paz
y en
tolerancia.
4.- Considerar la eficacia de la
institucionalidad democrática, los
pueblos tienen el derecho de
reclamar el ejercicio de la tolerancia y los
poderes públicos la obligación de
restablecerla.
5.- No es la vía de hecho
o de la fuerza
la forma de reconstruir
el equilibrio en la
democracia cuando ésta está afectada por una crisis
institucional. Tiene que generarse un
consenso entre las fuerzas sociales,
si de verdad
se quiere reacomodar la ecuación entre gobierno y sociedad
como salida a la crisis
institucional.
6.- Para que la negociación no fuera bloqueada por su falta de trasparencia y la mutua desconfianza,
se requiere de determinadas condiciones
para que resulte una verdadera negociación. Ello quiere decir: contar con agenda, objetivos, método y plazos definidos. El orden
del día, sirva de referencia pública
y evite los bloqueos de
la negociación.
Esa agenda, en
el proceso de consenso, serían
los temas de
negociación.
7.- El punto de partida del proceso de
negociación
implica que sectores interesados admitan que existe una crisis que ha de
solucionarse mediante un dialogo.
8.- Lograr de verdad un consenso o un acuerdo
que asegure el restablecimiento de la
institucionalidad y el diálogo
democrático, y que
permita la reactivación de la
economía y la superación de
la pobreza de la población en
un clima de
libertad y de paz.
Las
alteraciones de los elementos esenciales de la democracia, en particular la más dramática, es la
intolerancia y la violencia, y
el derecho humano más afectado es el derecho
a vivir en paz y en desarrollo económico y social.
Es decir,
el derecho a vivir en convivencia, en
libertad y con justicia.
9.- El acuerdo en el fondo es para la
convivencia ciudadana, por lo que la participación de la sociedad civil
organizada es fundamental en el proceso de negociación.
10.- La negociación para la reconciliación y la paz exije
aplicar el principio de la legitimidad democrática según el
cual es al pueblo, a quien corresponde decidir en definitiva sobre las
cuestiones fundamentales envueltas en la negociación, por cuanto, es él quien
tiene el poder originario para decidir y legitimar el acuerdo.
Nota.-
Resulta de rigor recordar que
en situaciones de graves conflictos, conforme el principio
de respeto de los derechos
humanos, practicar la
tolerancia, para revisar
mutuamente decisiones y ceder en
posiciones políticas, no significa renunciar a las convicciones personales o
atemperarlas, como lo proclama
el Artículo 1. 4 de la
Declaración de Principios sobre la Tolerancia del 16
de noviembre de 1995
de la UNESCO.
La comunidad internacional insiste ante el gobierno como ante la oposición de la conveniencia de negociar un consenso para
solucionar la crisis
institucional, social y económica de nuestra
democracia. Esa axiología
concibe como la base del consenso al pluralismo, junto con la ética
y los derechos humanos.
De modo que está obligado, principalmente el gobierno a
reconocer la existencia de
una sociedad plural que éticamente
es superior a una
sociedad uniforme. Y, una forma
de manifestar el cumplimiento de
ese deber ético,
ante el conflicto que afronta el
sistema político, es promover el consenso político.
Además, que el pluralismo
está implícito, en la libertad, la
justicia y la igualdad, las cuales no son posibles si
se atenta contra el
pluralismo imponiendo una
sociedad uniforme o monolítica, favoreciéndose la polarización entre los
antagonistas.
El pluralismo es
la base para
el consenso, parte de la
idea que
la verdad política, nunca es
unilateral y que en
materia política no existe
un criterio absoluto, sino
que hay que
atender a la verdad práctica y
real, que la da la
sociedad.
Esa verdad es que la confrontación y la polarización representan un riesgo
de violencia y una amenaza
para la paz. Asimismo, en
su dimensión ética, el
consenso, como manifestación del pluralismo,
tiene sus límites, ya
que no es posible defender cualquier cosa,
sino la que
se justifique racionalmente
y la que se
conforme con la axiología constitucional.
Con relación a un posible proceso de
acuerdo,
según la doctrina Calvani, las condiciones de
la negociación han
de ser las
del llamado “discurso o
dialogo ideal”,
que reduce las posibilidades de
engaño, de ocultamiento, de
irracionalidad de los participantes,
o de bloqueo,
como la de colocar al participante en una condición de
inferioridad
a la hora de
negociar por la interferencia de
decisiones sobrevenidas de una parte lo
que agrava el conflicto, pendiente el proceso de
negociación que exige que los participantes sean plenamente racionales, capaces
de abandonar el conflicto y
lograr la institucionalización mediante un acuerdo propicio
para una sociedad más justa.
Por ello, es importante un esquema de
dialogo que acredite
la condición de iguales de los
participantes, como reconocer al
“enemigo” como contraparte del Gobierno, y
que permita la figura
de unos negociadores o
facilitadores, confiables,
que aprecien el grado de racionalidad o justicia del dialogo real.
El diálogo
o negociación ideal, supone
un núcleo axiológico irrenunciable e
indiscutible, representados por
valores objetivos, que constituye
lo indudable, fuera de cuya
circunferencia se penetra
en la zona de discusión.
La idea
de un conjunto de círculos concéntricos, que
según Gregorio Robles,
configura la negociación
ideal en un proceso
del consenso político.
En efecto, el primer círculo está
constituido por lo indiscutible,
en nuestro caso,
la aceptación de
los principios y elementos esenciales del orden
democrático, del repudio a
la violencia, la convivencia democrática,
la vigencia del Estado de
Derecho y el
respeto a la dignidad de
todos los venezolanos.
El segundo círculo, incluye los temas
respecto de los cuales es posible llegar
a un consenso matizando las diversas partes sus
posiciones para acercarlas a las
de los otros.
Y, por último,
el tercer círculo que recoge
los elementos de valor
que han de buscarse
para la elaboración
del consenso racional o real. Un aspecto
crucial de estos diálogos, es buscar la armonía entre la
justicia y la reconciliación que ha
sido aplicada en procesos difíciles en varios países. La justicia retributiva
no comprende los delitos de lesa humanidad, ni los de narco política, ni los de violaciones graves de derechos
humanos.
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