CUATRO MOSQUETERAS DEL FEMINISMO
(Santa Teresa de Jesús, la Princesa de Éboli, Sor Juana Inés de la Cruz y Santa Teresa de Calcuta)
(Santa Teresa de Jesús, la Princesa de Éboli, Sor Juana Inés de la Cruz y Santa Teresa de Calcuta)
Una para todas. Todas para una
La novela de Alejandro Dumas (1802-1870) “Los Tres Mosqueteros” inmortalizó como significado de las causas
comunes el lema “uno
para todos, todos para uno”, conque
sus famosos personajes Athos, Porthos y Aramis definían su unión para
resguardar el honor de Ana de Austria (1601-1666) , española, reina consorte de Francia y de
Navarra, esposa de Luis XIII, a quien se le atribuían aventuras amorosas
con el duque de Buckingham, sin pruebas algunas, lo que hizo que el rey
se reconciliara con ella después de su separación. Y que fue acusada también de traición contra su mayor enemigo el cardenal Richelieu por su constante
comunicación con su hermano Felipe IV,
rey de España y de haber participado en la conspiración de Chalais y de
Cinq-Mars. Imputaciones que tampoco fueron probadas. A esos mosqueteros se
unió D´Artagnan, el personaje principal
de esta novela, para defender la
dignidad de su reina, por lo que en verdad venían a ser cuatro mosqueteros y no
tres. Hoy día cuando se quiere destacar a algunos como parte de una alianza
inseparable en favor de buenas causas se les califica de mosqueteros. Yo, por mi parte, irreverentemente, y a riesgo que se me descalifique, me permito
denominar “ cuatro mosqueteras” a Santa Teresa de Jesús, a la princesa de Éboli , a Sor Juana Inés de La Cruz y a Teresa de Calcuta, ya en el santoral
católico al ser canonizada por el Papa
Francisco el 4 de septiembre de 2016,
porque si bien vivieron en épocas distintas y tomaron rumbos diversos en
sus vidas, unas religiosas y una no religiosa, sin embargo, históricamente
representan el “uno para todos, todos
para uno” para que la mujer tuviera
el puesto que le corresponde en la sociedad.
De manera, que con la licencia de
Mujer y Ciudadanía, a estas notables representantes del feminismo incluyente
las denomino “las cuatro mosqueteras del
feminismo”.
Teresa de Cepeda y Ahumada (1515-1582), Juana Inés de Asbaje y
Ramírez de Santillana (1651-1695) y Ana Mendoza y de la Cerda (1540-1592), fueron
tres mujeres medievales que se posesionaron en las estructuras religiosas y
literararia, políticas y cortesanas de la época, tanto en las de una Iglesia
cerrada a lo femenino, en las de una cultura misógina y en las de una nobleza
masculina. Las dos primeras conocidas como Santa
Teresa de Jesus o Teresa de Ávila y como
Sor Juana Inés de la Cruz en
la nomenclatura eclesiástica y literaria, en una época de inquisición y de
exclusión de las mujeres de la educación y del siglo de oro de la literatura
española. Y la tercera, duquesa de
Francavilla, princesa de Melito, condesa
de Aliano y marquesa de Algecilla, más
conocida como la princesa de Éboli, que
a pesar de sus títulos nobiliarios, se
esforzó para que se le reconociera por sus méritos personales en la corte
española dominada patriarcalmente. Y Agnes Gonxha Bojaxhiu (1910-1997), albanesa,
quien en la India, cuya sociedad
es jerarquizada y donde las mujeres son preteridas en lo religioso, constituyó
la orden femenina de mayor crecimiento en el mundo actual donde la
ausencia de vocaciones es cada vez mayor, es hoy Santa Teresa de Calcuta, en el siglo XXI, en el
cual es un símbolo de mujer emprendedora.
Estas cuatro mujeres en su vida civil
practicaron cada una, según sus épocas y circunstancias sociales un feminismo
positivo, para incorporar a la mujer en sus respectivos ambientes
sociales. De modo, que aunque en
diferentes siglos vivieron, unas en los siglos XVI, como Santa Teresa de Jesús
y la princesa de Éboli, y XVII, como Sor Juana Inés de la Cruz, y, otra en el
siglo XX, como la Beata Teresa de
Calcuta, por su emprendimiento en lo religioso,
literario y político, respectivamente, fueron aliadas en el
empoderamiento femenino, como hoy día se denomina la participación de la mujer
en la sociedad como verdadera protagonista.
Puede decirse que a través del tiempo y de la historia fueron "una para todas" y "todas para una", a la moda de los
mosqueteros de Alejandro Dumás, con la diferencia que cada una de ellas fue un
D´Artagnan. Es decir, protagonistas en sus circunstancias históricas, hasta el
punto que sobre ellas no solo se puede
escribir sus biografías individualmente,
sino también como personajes determinantes en las biografías de otros biografiados.
Así, por ejemplo, Santa Teresa de Jesús,
es parte importante de la biografía de San Juan de La Cruz, que junto
con aquélla se consideran los más luminosos literarios religiosos al lado de
otros como Góngora, por ejemplo. La princesa de Éboli es un capítulo aparte en
la biografía de Felipe II en sus tramas contra su hermano natural Juan de
Austria y de las persecuciones contra quienes consideraba enemigos de la corona
y que impulsaba a sus hijas a que dieran muestras que eran igual de capaces que
los hombres. Sor Juana Inés de la Cruz,
ocupa un lugar de primer orden al lado de virreyes de la Nueva España y
que para ir a la universidad se disfrazaba de hombre y que superó todas las
dificultades de ser hija ilegítima en una corte virreinal y que como escritora
destacó también en lo profano. Santa Teresa de Calcuta, nacionalizada india, fundó las Misioneras de la Caridad en Calcuta
en 1950, y que durante más de 45 años atendió a pobres, enfermos, huérfanos y
moribundos, pero al mismo tiempo expandió
su congregación, primero en la India y luego en casi todos los países del mundo.
Si se entiende el empoderamiento femenino
como el proceso de capacitación y formación de la mujer hacía su emancipación y
su participación cada vez más en la toma
de decisiones y de su acceso a las
estructuras del poder, de la cultura y
economía; y su concientización de su
poder individual y colectivo para la recuperación de su dignidad como personas;
no cabe duda que Teresa de Cepeda y
Ahumada , Juana Inés de Asbaje y Ramírez
de Santillana , Ana Mendoza y de la
Cerda y Agnes Gonxha Bojaxhiu , en
su época, cada una, fueron mujeres
emprendedoras y que su vida y obra son referencias para las estrategias para
cambiar o transformar con las estructuras patriarcales a nivel social y
cultural, para lograr una sociedad más igualitaria y beneficiosa para todo el
mundo, porque, como señalaba Michele
Bachelet en la inauguración del Foro
Nueva Economía: “Empoderar a las mujeres es
empoderar a toda la comunidad". Por eso se
puede calificar a las cuatro
mujeres mencionadas de mosqueteras del
feminismo, porque a través de la
historia y de su mensaje, fueron para el
empoderamiento de las mujeres "una para todas" y “todas para
una". Finalmente, en el presente
milenio, donde " la consecución de la igualdad entre los géneros y el
empoderamiento de las mujeres y niñas",
ha sido considerado como uno de los 17
objetivos del desarrollo sostenible, aprobados por la Resolución de la
Asamblea General de la ONU sobre la Agenda para el Desarrollo del 2015, he creido, oportuno, rememorar a quienes han
sido de mujeres emprendedoras.
Caracas,
1º de octubre de 2016
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