Feminismo
Humanista
Roman
J. Duque Corredor
En seminarios y
talleres a los que he asistido, aprovechando una pasantía académica, he tenido
la oportunidad de escuchar conferencias y de leer sobre la violencia y dentro
de sus diferentes modalidades expuse mis ideas sobre la violencia de genero,
destacando que por definición no es propiamente una violencia interpersonal, o
simplemente la violencia contra la pareja o la violencia doméstica, sino la que
la determina el género al cual pertenece la mujer. La ONU la llama
"violencia sexista" tanto pública como privadamente. Comparto la
tesis que sostiene que la violencia de género es un término que va más allá de
la violencia personal, por lo que configurarla como la interpareja o
domésticamente, es reducir su concepto, porque si bien es verdad que es la violencia
que se comete contra mujeres, la violencia de género comprende no solo la que
ocurre en el ámbito familiar o conyugal, sino también en el ámbito público o
colectivamente que afecta al sexo femenino, y no sólo la violencia sexual, sino
también la psíquica, la económica, laboral o social, con la trata de blancas, o
en las migraciones , las vejaciones, la esterilización obligatoria o abortos
compulsivos y la esclavitud.
Por ese carácter
funcional sexista, hoy el tema de la violencia de genero forma parte de la
política social y de salud pública, en las cuales cobra importancia la
prevención y por tanto, el análisis de sus causas, la conducta de los
agresores, del tratamiento de las víctimas, las reparaciones de los daños y la
satisfacción de sus necesidades.
El estudio del
tema y la lectura del artículo "Violencia; Guerra y Paz", de José Luis Del Castillo Campos , O.S.A.,*consistir principalmente en el cambio del poder social entre el
hombre y la mujer, como lo exponen A. María Rivas y Ma. José Rodríguez en su
ensayo "Mujeres y hombre en conflicto. Trabajo, familia y desigualdades de
género" (Madrid 2008) *, es decir, en la paridad para hombres y mujeres, que
es el tercer objetivo del milenio según la ONU. En este orden de ideas, se dice
que el factor de esa paridad o equivalencia es la superación o cambio "en
la asimetría que se basa en la comprensión del rol del varón como aquel que da
protección a cambio de sumisión y control" (Vid, F. Expósito,
"Violencia de género. Mente y Cerebro")**. Concepto este que favorece
la dependencia y la violencia de género, por lo que se afirma, que en
consecuencia, que la concientización de las propias víctimas en rechazar las
formas de violencia es un medio de evitar su justificación.
De allí, que
dentro de este contexto, he encontrado en la doctrina social de la Iglesia, un
basamento filosófico de esa paridad entre el hombre y la mujer, que dota al
feminismo de una carácter humanista. En efecto, esa paridad es fruto de la
idéntica dignidad humana de ambos sexos y de su creatividad propia (
"Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia", Comisión Pontificia
de Justicia y Paz) , que San Juan Pablo II desarrolla en su "Carta a las
Mujeres " de 1995 y que Benedicto XVI, en su Discurso en el XX Aniversario
de la Carta Apostólica " Mulieres Dignitatem", considera que la
desigualdad obedece al hecho de que la mujer es subestimada y discriminada por
su sola condición femenina, para lo cual se recurre como justificación a
argumentos religiosos y culturales y a presiones sociales y familiares. Por lo
que, según Benedicto XVI se impone promover " una cultura que reconozca a
la mujer, en el derecho y en la realidad de los hechos, la dignidad que le
compete" . Cultura está, en mi concepto, consiste en valorar a la mujer no
sólo como madre o esposa, sino como ciudadana integral, con plenitud de
derechos y de oportunidades.
La consideración
de la paridad entre el hombre y la mujer en razón de su idéntica naturaleza de
ser humano, es la base del feminismo humanista, que por definición no es
competitivo, ni excluyente.
Madrid, 8 de junio de 2017
* Vid, "Pensamiento Socialcristiano" de José Manuel Caamaño y Pascual Cebollada, SJ (eds.), Universidad Pontificia IACAI ICADE Comillas, Madrid 2015, PP 195/222
** Citados en "Pensamiento Socialcristiano" de José Manuel Caamaño y Pascual Cebollada, SJ (eds.), mencionado, P. 207
** Ibídem
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