LA
VIOLENCIA Y LA PAZ POSITIVA EN VENEZUELA (a propósito del Foro de la Delegación de
la Unión Europea sobre la reducción de los niveles de violencia y la
convivencia en paz del 3 de octubre).
Román J. Duque Corredor
Ex magistrado y presidente de la Fundación
Alberto Adriani
1.
La violencia
estructural es la que se produce a
través de interacciones institucionales
o estructurales.
O las interacciones de las prácticas
violentas en los diversos ámbitos sociales. Llamada también violencia indirecta,
que es un tipo de injusticia social. Es el
daño causado por la insatisfacción
de las necesidades humanas básicas, que no necesariamente significa necesidad la práctica de formas de violencia
directa como la de guerrillas o la guerra civil.
2. Violencia estructural es un concepto paralelo al de la ampliación del concepto de paz, según el cual la paz no es solo la negación de la violencia
directa sino el camino a la justicia.
3.
El marxismo utiliza este término
para dar importancia a las injustas condiciones económicas, pero deja de explicaciones, como la de la paz. Otros
movimientos, que promueven la “no
violencia”, la consideran como una causa profunda de marginación. Por ejemplo,
el racismo. El ejemplo más significativo “la no violencia”
fue Martin Luther King.
4.
Johan
Galthun, sociólogo noruego, es quien ha desarrollado el concepto de violencia estructural. E introdujo el concepto de triángulo de la violencia como un proceso de la violencia en los conflictos sociales, cuya
solución supone actuar en todos los tipos de violencia, que serían tres: Violencia directa (actos de violencia; guerrillas,
terrorismo, guerras santas y civiles). Violencia estructural (pobreza, hambre, mortalidad y la falta de
negación de las necesidades básicas). Y la violencia
cultural (estructuras políticas, culturales y sociales que la
legitiman).
5.
La violencia estructural engloba formas ocultas y estáticas de violencia, como la pobreza (falta de alimentos, agua, viviendas, medicamentos
y escolaridad); la represión política (vulneración de derechos fundamentales), y a la alienación, (discriminación, exclusión por razones políticas e ideológicas,
analfabetismo, falta de de solidaridad).
El sujeto agresor, propiamente es el
sistema de gobierno, puesto que sus
causas son prácticas y políticas públicas injustas.
6.
La violencia estructural on conflictos entre dos o más grupos en términos de ideología,
partidismo, género, etnia, nacionalidad, edad, religión, clase social, etc.). Y un componente es la falta de conciencia o
resignación de quienes la sufren, porque
existen tradiciones culturales o sociales o religiosas, ideológicas o una anomía que impiden comprenderla y solucionarla Por eso, se percibe como algo inmutable, por
lo que no se le opone ninguna resistencia y, se colabora de manera indirecta con
el mantenimiento de la situación. Por eso la llamada “violencia cultural” es
parte de la violencia estructural, y es la
resignación y pasividad, que determina la visión de la no inmutabilidad de la
violencia cultural y de visiones apocalípticas o milagrosas o de
mesianismos, que impide la solución
pacífica de los conflictos que genera.
7.
Se habla, entonces, de “la paz negativa”, cuando se trata de imponer medidas indirectas para
impedir los conflictos (Impedir ejercicio de derechos políticos o la represión).
Lo contrario es “la paz positiva “ o concertación para lograr una verdadera paz
que dure después del cese al fuego
8.
La utilidad del término violencia
estructural radica en el reconocimiento de la existencia de un conflicto por
desigualdades sociales y económicas, que
originan, manifestaciones de violencia directa
cuando alguno de los grupos quiere cambiar o reforzar su posición en la
situación conflictiva por la vía de la fuerza.
Es el Caso de Colombia, donde la guerrilla surge como manifestación de
la lucha contra la desigualdad por razones ideológicas. Por eso, se abren procesos de conversaciones y
negociaciones para lograr la paz perfecta, que concluyen en acuerdos integrales.
9.
En el orden de ideas expuesto, la reducción de los conflictos y de confrontación
de naturaleza política bajan los niveles
de violencia. En este sentido, por
ejemplo, según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social en el 2014,
el índice de conflictividad alcanzo un registro histórico de 52% de rechazo al gobierno con 9.286 protestas,
equivalentes a 23 protestas sociales y políticas diarias en el país, es decir,
un aumento del 110% con relación al 2013, por falta de solución de las necesidades
básicas (alimentación, salud, seguridad y prácticas represivas) y 4.833 protestas políticas por falta de
democracia y por represión.
10.
En
ese contexto, puede calificarse la crisis
venezolana como de violencia estructural por la situación de pobreza y por el
hambre y deterioro de la salud y por la violencia directa entre gobierno y oposición
y de violencia cultural por la
discriminación y exclusión ideológica y política de los opositores y de los sectores
privados en las políticas económicas.
11.
Por
tanto, en atención a las experiencias históricas, en cuanto a Venezuela, puede
decirse, que los procesos de
conversaciones y negociaciones para cesar la conflictividad política, reducirían
los niveles de violencia pero penas serían el comienzo de la paz pero no la paz positiva,
como ocurre con el solo cese del fuego,
que no es sino el inicio de la paz. Por
lo que esos procesos en Venezuela han de
contemplar los cambios para hacer cesar la violencia política y los acuerdos
institucionales para lograr la paz positiva.
Caracas, 2 de octubre de 2016